Lüneburg (Alemania), 29 oct. (dpa) – Un equipo de restauradores está trabajando en una pintura del siglo XVI descubierta en el techo de un pequeño supermercado de Lüneburg, en el norte de Alemania, en la década de 1970.

Durante años, se almacenaron allí bolsas de patatas fritas. La pintura estuvo oculta durante décadas y los restauradores están trabajando ahora en liberarla. «Esta pintura de techo es algo muy especial, está ejecutada con muy buena calidad», explicó el restaurador Markus Tillwick. Añadió que Lüneburg posee un gran tesoro en pinturas de techo, aunque muchas se encuentran en espacios privados.

«Para Lüneburg no es tan inusual; somos una ciudad que no fue destruida, con mucha construcción de los siglos XVI y XVII», señaló por su parte Heike Düselder, directora del Museo de Lüneburg. «Siempre que se remodela algo, se descubre algo nuevo», afirmó.

Añadió que la construcción histórica de las casas de ladrillo está bien conservada en muchos casos, ya que nunca hubo un gran incendio urbano ni destrucciones del casco antiguo durante las dos guerras mundiales. Indicó que la obra de arte es especial, y el estado de conservación de esta pintura, típica del Renacimiento, también es bueno. Según dijo, es una gran alegría que se esté descubriendo ahora.

Junto con su esposa y una colega, el equipo de Tillwick está liberando y limpiando de polvo la obra de arte que data del año 1563. El artista es aún desconocido, pero se puede distinguir el acrónimo «AK» en la pintura. Al parecer, es casi inédito que el año y el acrónimo estén inmortalizados en obras del siglo XVI.

«Aún no sabemos quién fue», dijo Tillwick. En aquella época, la pintura no era considerada una obra de arte, sino una decoración. «El término artista no existía todavía, y asumían este tipo de trabajos las empresas de pintura», afirmó.

Virtudes cristianas como motivos

En la pintura se aprecian virtudes cristianas como la fe, el amor  y la esperanza. «A esto se suman las virtudes de la fortaleza, la templanza, la justicia y la prudencia», contó el restaurador de Lüneburg. También se añadió la paciencia.

La existencia de la pintura se conoce desde las obras de remodelación de la década de 1970. En ese momento, según el propietario del edificio, la pintura se cubrió, por lo que ahora puede ser bien restaurada.

Se espera que el trabajo esté terminado en unas cinco semanas, momento en el que las salas se convertirán en una panadería. Para no dañar la pintura especial con los vapores, la zona de lavado de vajilla tendrá una protección adicional hacia arriba.

«Fue un proceso largo de pensamiento: ¿debemos mostrarlo, queremos mostrarlo?», contó Ernst-Joachim Petersen, propietario del inmueble. Añadió que ahora no ve la hora de contemplar la obra de arte tomando una taza de café el año que viene.