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El amor en la novela “Heyula” de la escritora turca Halide Edip Adıvar

 

Nur Gülümser İlkerUniversidad de Ciencias Sociales de Ankara – gulumser.ilker@tedu.edu.tr

Şafak Gümüş – Universidad de Buenos Aires – sgumus@udesa.edu.ar

 

Este artículo está motivado por los rostros cambiantes y las diferentes dimensiones del amor y las relaciones románticas desde la infancia hasta la edad adulta y la adolescencia, y luego hasta la madurez. Cada individuo, en realidad, en su propia experiencia vital se encuentra con relaciones románticas y sus varios rostros, lo cual crea un posicionamiento individual sobre la base del amor.

Hoy, las cuestiones más destacadas en este posicionamiento son conceptos abstractos como la satisfacción, el placer y la paciencia. Por supuesto, en el presente tiempo del consumo digital, no sólo se consumen objetos; con una insaciabilidad capitalista, también se comercializan y consumen las emociones como objetos de marketing. En este entorno de marketing y consumo, el vínculo que el individuo establece con conceptos abstractos como satisfacción, placer y paciencia es un fenómeno social que se debe examinar.

En palabras de Bakır y Bazarcı (2020), “en las sociedades actuales en las que las emociones humanas más básicas se encuentran entre las justificaciones del acto de consumo, el amor y el afecto, al igual que muchas emociones, se han convertido en una de las justificaciones de los actos de consumo” (59). Kaya (2022) dice lo siguiente acerca del proceso de cambio social: “dado que la modernización capitalista es la manifestación de un proceso racional instrumental que opera a través de los elementos de ‘éxito’ y ‘competencia’, la escalada de materialización en las relaciones humanas es inevitable” (191).

A pesar de que se puede apreciar el aspecto del mundo posmoderno que libera a las personas de las garras de las tradiciones y las normas sociales, hoy, cuando todo se ha trasladado al orden digital, ver modelos de emociones y relaciones cuyos lazos se han desatado y cuyos cimientos se han trastocado presenta una perspectiva que va más allá del juicio y llega hasta la desesperación. Hobbs, Owen y Gerber (2017) sostienen que, si bien el orden mundial moderno tiene beneficios positivos, también conlleva algunos problemas para el individuo: “Trae nuevas libertades, oportunidades y placeres, así como viejas y nuevas ansiedades sobre el riesgo, la imagen de uno mismo y el amor” (282).

El mundo cambia, se digitaliza, se acelera, se diferencia, y con ello cambian también la percepción, las expectativas y las formas de relacionarse del individuo. Esto es, de todos modos, algo que no se puede juzgar, ya que se puede entender lo que está ocurriendo en el cambiante orden mundial; sin embargo, esta situación a veces no evita la decepción. Ya que es obvio que los nuevos hábitos y tendencias también conducen a la desaparición de viejos fenómenos sociales. Aunque los fenómenos que desaparecen a veces son portadores de aspectos imponentes que han aprisionado al individuo durante siglos, a la vez pueden ser portadores de pensamientos y modos de existencia que darán a las personas la fuerza para vivir. Sin embargo, es posible observar un aumento desproporcionado en los estilos de vida y de relación vacíos. Kaya (2022) describe el nuevo mundo del orden capitalista en el que se pierden los significados profundos:

“Entonces, ¿Qué tipo de sociedad se crearía? Irrespetuosa o, en el mejor de los casos, indiferente a los sentimientos, pensamientos, creencias y necesidades de los demás, centrada en sus intereses personales, que espera todo de la otra parte en sus relaciones, que mira por encima del hombro a los que están por debajo de ellos, que ve la influencia y la autoridad de los que están por encima como algo útil para sus propios fines, que cree que se merece lo mejor de todo, una masa inquieta de gente hambrienta de admiración, que espera que sus deseos se cumplan aquí y ahora, que envidia el éxito y/o disfruta con el sufrimiento ajeno, que se horroriza ante la enfermedad, la pérdida, etc. porque está lejos de las virtudes de la decencia de la muerte bajo la influencia de un estilo de vida hedonista… No es sorprendente que estas disposiciones parezcan familiares y tal vez bastante comunes en las sociedades modernas donde la razón instrumental es funcional. Además, esta situación va más allá de los meros problemas personales que se resuelven en las salas de terapia. Así, la lógica cultural del capitalismo, discutida anteriormente en un marco (macro) más amplio, se manifiesta; el individualismo, el consumo conspicuo y las políticas de cultura popular fragilizan cada vez más las relaciones sociales” (204).

Quizá estamos cansados de oír; sin embargo, no surgieron en vano los conceptos como lovebombing, ghosting, breadcrumbing, de reciente derivación en las relaciones románticas. Estos conceptos se crearon para explicar algunas situaciones de relaciones románticas, que están cambiando rápidamente y se están convirtiendo en un fenómeno muy común en las formas en que nos relacionamos entre nosotros en el mundo moderno; surgieron de la necesidad de dar una definición a las nuevas formas de relacionarse en un mundo cambiante. Es que muchas situaciones que no eran comunes en épocas anteriores hoy nos rodean, y nos encontramos con innumerables personas en todas partes que han sido sometidas a lovebombing, ghosting y breadcrumbing.

Sí, se busca el amor, se sueña con una relación larga; las palabras “fidelidad”, “compromiso”, “perseverancia” son conceptos con los que aún se sueña.  Sin embargo, muchas situaciones, como la satisfacción rápida de los placeres, el consumo acelerado de cosas obtenidas sin paciencia, el impulso de saltar a la siguiente relación cuando aún no se ha experimentado algo profundo con alguien, cambian la visión y la evaluación del amor y de una relación fiel y sacuden las creencias acerca de la vida y el ser humano.

Establecer y terminar relaciones rápidamente; mantener relaciones no abiertas y deshonestas con más de una persona al mismo tiempo; dar prioridad únicamente a la atracción sexual; evitar y quizás temer la comunicación profunda, real y natural. Esto es aún más evidente en el nuevo mundo, con sus muchas comodidades digitales y tecnológicas que nos hacen la vida más fácil. Todo es tan fácilmente accesible, se acorta el tiempo para sentir una verdadera emoción en un mundo rodeado de placeres y no hay necesidad de pensar y esforzarse para conseguir algo. Todo está demasiado abarrotado, hay demasiadas opciones y, por lo tanto, todo se desea al mismo tiempo y se planea pasar al siguiente con la misma rapidez.

Sin embargo, en las garras de esta velocidad, impulsividad, hedonismo, consumismo y digitalidad se debate el espíritu humano. Bueno, no argumentaremos que esto es contrario a la naturaleza humana. Es que el cambio es inevitable para la naturaleza. La naturaleza humana se adapta al cambio. El cuerpo, el alma y la mente humanos pueden orientarse hacia nuevos fenómenos a través del cambio. No parece haber nada erróneo en ello. Sin embargo, esto deja al espíritu humano hambriento e insatisfecho, y la superficialidad distrae a la gente del objetivo de vivir de una manera más profunda. Kaya (2022), definiendo a los individuos del mundo moderno digital como narcisistas, resume esta situación con la siguiente frase: “[…] vivir en un mundo narcisista es sinónimo de vivir en un mundo sin profundidad de sentido” (188). Así, al vivir en un mundo sin profundidad, se pierde la capacidad de dar sentido a la vida. Un mundo en el que la vida carece de sentido plantea nuevos interrogantes sobre la definición de ser humano.

Si bien vemos, comprendemos los trasfondos en los que se forman las nuevas formas de relaciones sexuales y románticas y en ocasiones las aceptamos y adaptamos a nuestras propias vidas, es necesario dejar esto claro: Anhelamos asumir responsabilidades, ser pacientes, avanzar pensando, observar para que las emociones se formen en terreno sólido, perseverar, tener apego profundo, sentir lealtad, tener principios y una postura y producir valores éticos; buscamos esto porque necesitamos significados fuertes sobre lo humano, la vida y el universo que nos mantengan de pie.

No estamos desesperados. El tiempo del pensamiento y el sentimiento profundos no ha pasado. Es sólo, a causa de la muchedumbre no cualificada, no son visibles; han permanecido ocultos, y tal vez cubiertos de polvo. Sin embargo, seguimos creyendo que son la perseverancia, la paciencia, el entusiasmo, el amor, la amistad y la lealtad que nos entusiasmarán y nos conectarán profundamente con la vida. Por este motivo, en este artículo deseamos escribir sobre el tema del amor en la novela Heyula (Fantasma) de la autora turca Halide Edip Adıvar (1884-1964) para recordar la magia del amor y su efecto en el ser humano. En el contexto de este artículo, Adıvar puede parecer un nombre del pasado que se dejó atrás; sin embargo, cabe destacar que los autores atemporales presentan contenido atemporal sobre el ser humano, la vida y el universo. Y el amor es atemporal; siempre existirá. Por mucho que parezca cambiar de forma y apariencia, su esencia permanece inmutable.

En el resto del artículo, se mencionará brevemente la vida de Halide Edip Adıvar y el lugar que ocupa su novelística en la literatura turca. Luego, se hará un breve resumen de la novela Heyula y, por último, en el ámbito de la novela se evaluará el “amor”, que es el tema principal de este artículo, y se llevará al mundo actual como un recordatorio esperanzador.

Nacida en 1884 en Estambul, Adıvar tiene una gran importancia en la literatura turca. Es que es una de las poquísimas mujeres de su época que alcanzó un gran éxito literario siendo mujer. Adıvar, que fue profesora, académica, política, soldado y escritora al mismo tiempo, amalgamó varias identidades en su vida y adquirió una amplia experiencia vital.  La autora, que perdió a su madre por tuberculosis a una edad temprana, completó su educación primaria recibiendo clases en su casa. Continuó su educación en el “Colegio Americano para Señoritas de Üsküdar”, aprendió muy bien inglés y francés y recibió a una edad temprana la influencia de los principales escritores de la literatura francesa e inglesa. La autora, que posee un impresionante dominio de la lengua y de su bagaje cultural, también tradujo al turco numerosas obras en inglés. Luchó en los frentes durante las guerras de su país. Adquirió experiencia vital en numerosos viajes al extranjero y realizó profundas evaluaciones sobre la vida y el ser humano. Doğramacıoğlu (2017) dice: “Halide Edip, que conocía la educación impartida según los métodos antiguos en las madrasas y también conocía las técnicas modernas de Occidente, llegó a una opinión general comparando mentalmente dos mundos diferentes” (130).

Con su vida en constante movimiento, la autora adquirió una amplia experiencia no sólo en política y cultura, sino también en la vida privada. Como gran defensora de los derechos de la mujer, adoptó una postura feminista y la reflejó en sus novelas. En sus novelas, alejaba a la mujer del plano tradicional, y escribió con frecuencia sobre el amor y las relaciones románticas.

Aktaş (1992) afirma: “En las obras de Halide Edib, encontramos a menudo personajes vívidos y apasionantes, idealizados por la artista, que tienen los ecos de su propia alma. […] Además, en las novelas de la autora también es posible encontrar héroes masculinos lo suficientemente fuertes como para satisfacer todos los deseos de las mujeres, intelectuales, pero dóciles por naturaleza”.

Las novelas de Adıvar tienen contenidos que trascienden su época y arrojan luz sobre problemas universales. El hecho de que la autora produjo obras que trascendieron su propia época apunta a su lado flexible y observador más que a una estructura de mente fija. Aktaş (1992)[1] cita las propias frases de la autora sobre cómo debe ser un autor:

“Puedo decir, como artista y novelista, que un artista que está atrapado sólo en una idea fija y en sus propios sentimientos no puede ser novelista. Sólo puede ser poeta. La novela describe muchas etapas de la vida. El artista debe ver los acontecimientos con objetividad y estar libre de las influencias que recibe. Aunque haya contado algo suyo, es necesario alejarse de ellas, convertirse en un extraño. Expresar una idea fija significa producir una obra ideológica”.

De acuerdo con esta afirmación, Çopur (2016) dice lo siguiente:

“Convencida de que la literatura forma parte de la vida, la autora afirma que la literatura, al igual que la vida, no puede ser de un solo color. Según ella, entre las mil y una caras del arte, está también la idea. Descuidarla corrompe completamente el arte. Idea no significa ideología. Por fuertes que sean, los libros escritos dentro de un marco ideológico no pueden ir más allá de la época en que fueron escritos. Sin embargo, por sencillas que sean, las obras basadas en la reflexión, el pensamiento y las ideas han resistido mejor el paso del tiempo. Según la autora, en el arte nunca hay sólo dos colores. También hay colores intermedios. El más fuerte de estos colores intermedios es la literatura. Los colores grises de la vida encuentran su contrapartida en la literatura” (45).

El tema del amor en la novela Heyula de la autora turca, que escribió obras que resisten el paso del tiempo y siguen siendo relevantes hoy, es también un tema del que se puede hablar e inspirar en el futuro tanto como en la actualidad. Para mencionar brevemente la trama de la novela: Ziya, el narrador y protagonista de la novela, que transcurre en Estambul, se enamora de una mujer a la que ve ocasionalmente pero nunca tiene la oportunidad de conocer. Esta mujer (Selma) atrae la atención de Ziya por su aspecto misterioso, su piel pálida y blanca, sus movimientos ligeros y su curiosa distancia social. El joven se siente cada vez más atraído por esta misteriosa mujer, que parece una heyula (fantasma).

Un día, Ziya se encuentra con su amigo Haşim, al que no veía desde hacía muchos años. Los dos amigos retoman la misma intimidad como si no hubieran pasado años entre ellos. Haşim anuncia que se casó, e invita a su amigo a cenar a casa. A la hora de la cena, Haşim desea presentar a su mujer su amigo, pero ella no aparece por ninguna parte. Al cabo de un rato, se da cuenta de que la mujer que entra lenta y suavemente en el comedor es ella de la que Ziya está enamorado desde hace tiempo. Bastante sorprendido, el joven se ve confrontado con el hecho de que está enamorado de la mujer de su mejor amigo; se guarda su amor en el interior, sigue queriéndola pero no intenta en la más mínima intimidad poco ética.

Pasan los días, las semanas y los meses. Ziya sigue visitando a la casa de Haşim con frecuencia. Y durante estas visitas, rara vez tiene la oportunidad de ver a la mujer pálida y silenciosa que aparece y desaparece como una heyula. Su amor por esta mujer fantasmal no cambia en absoluto. Haşim le cuenta que su mujer padece una enfermedad en la que una parte del año permanece como un fantasma, encerrada en su habitación, y otra parte del año se abre y socializa. El joven enamorado, quien encuentra la oportunidad de acercarse a Selma (Heyula) durante uno de sus buenos momentos, tiene la oportunidad de conocerla de cerca y se apega más a esta mujer mientras hablan de arte y música. Sin embargo, no se sabe cuál es la enfermedad o el problema de la mujer.

Más tarde se revela que Selma nunca quiso casarse con su esposo. Es que siempre ha amado a otro hombre. El otro hombre al que ama es un amigo de la familia y mantiene una relación secreta con él. Por eso, cuando su amante está en Estambul, recupera la salud de antes; pero cuando no está, ella se convierte en una heyula. Al darse cuenta de todo esto, Ziya no siente ira ni rabia; al contrario, muestra más compasión y comprensión hacia esta mujer fantasma. En este sentido, el amor del joven no es destructivo, sino constructivo. Siente compasión por la difícil situación de la mujer. Cuando Haşim se entera de la relación secreta de su esposa y su amante, se enoja mucho, pero Ziya intenta calmarlo es que no quiere que la mujer que ama sufra ningún daño.

La novela no tiene un final feliz. Selma perderá al bebé de su amante y también perderá la razón por completo. Sin embargo, mientras sucede todo esto, el joven enamorado no se aparta ni una sola vez de su amor, su compasión y su comprensión. Sigue amando a la mujer fantasma con su instinto de protegerla. Oktay (2022), expresa con las siguentes frases que Ziya experimentó su amor por ella con los sentimientos más puros:

“Lo primero que llama la atención del amor que se vive en la obra es que el amor se transmite como una emoción mezclada con admiración. En esta forma de relación, que leemos a través de los sentimientos de Ziya hacia Selma, el amor se experimenta en un gran sentido de pureza sin ningún placer sensual o llevándolo un paso más allá” (676).

El amor descrito en la novela tiene más de una dimensión. Tanto es así que para Ziya, en un primer sentido, este amor es una gran alegría existencial: Emoción, curiosidad, devoción. Los primeros sentimientos del joven por Selma se describen así: “Un día vi un rostro pálido y hermoso. Esa mujer me miró a los ojos y cambió el color de mi mundo […]” (Adıvar, 2022: 55). A través de sus sentimientos por la mujer pálida, el joven enamorado ha tenido la oportunidad de mirar el mundo desde una perspectiva diferente. Ha visto la posibilidad de que exista un mundo distinto al que ha vivido hasta ahora. Este amor que lleva dentro amplía su terreno existencial.

En este sentido, somos testigos del aspecto expansivo del amor. Este amor conserva su efecto incluso después de que ha pasado mucho tiempo; el joven que ha experimentado este sentimiento ya no puede volver al mundo anterior. Cuando el olor de la mujer a quien ama viene a su mente, vemos que el mundo del joven cambia por completo: “Sigo cerrando los ojos con un temblor amoroso cuando recuerdo este olor vago y nuevo que da excitantes deseos a mi alma, a mis venas, a todo mi ser” (Adıvar, 2022: 12).

El amor, en realidad, ha creado un aumento y una expansión en los niveles de pensamiento y sentimiento de Ziya. Podemos definirlo como un cambio en su forma de percibir y comprender la vida. Más allá de lo que nos han enseñado, el amor nos ofrece la oportunidad de alcanzar un terreno existencial y espiritual que sólo se puede lograr a través de los sentimientos. Altuğ (2022), examinando este aspecto constructivo del amor en la novela, expresa el efecto que la mujer fantasma tiene en sacudir la vida del joven enamorado y reorganizarla desde el principio con la siguiente declaración: “Selma alcanza una primordialidad y originalidad que sacuden y reorganizan todo el sentido de la vida de Ziya” (75).

Esta primordialidad y originalidad se pueden considerar fenómenos que trascienden el imponente orden del mundo en el que nacemos y nos permiten ver nuestra propia esencia en su forma más pura. Es que en la sociedad tradicional sólo existe una forma de amor. Se consideran correctas las parejas de cierta edad, sexo y clase social. Así, quedan marginadas otras formas de amor. Entonces, el amor de Ziya por Selma es una situación que no encuentra acomodo dentro de los límites sociales. Sin embargo, las emociones son flexibles y expansivas, trascendiendo el ámbito de las normas sociales. El amor del joven por la heyula lo lleva más allá de la aceptación social, a una zona de orígenes intactos.

Ziya desarrolla una idea natural de la felicidad frente a su amor por la mujer joven, con quien parece imposible estar juntos. El amor es ahora el centro de la vida del joven. Todo lo demás es periférico; ya no es tan importante. La primera condición para que todo lo demás se convierta en un fenómeno feliz es el amor por la heyula. Expresa el joven enamorado lo decisivo que es su amor por la mujer para su propia felicidad con estas palabras:

“Si el destino me concediera la gracia de ver a esta mujer constantemente, no le exigiría mucho a la vida. Que solo me inunden el alma sus grandes ojos, su mirada clara y alta; que me acaricien la cabeza esas manos suaves y blancas […] ¿Acaso hay mayor felicidad que esto?” (Adıvar, 2022: 27).

Por otro lado, el amor del joven por la heyula se convierte en un fenómeno que le salva de la soledad de la vida. El amor da calor a su alma; le da un propósito en la vida y lo lleva al sentimiento de eternidad:

“Pronto sentí que la soledad de mi corazón había sido sustituida por un sentimiento más grande que yo, un sentimiento que calentaba el alma entera, y quise adorar este nuevo placer; al ver este rostro, me liberé de mi condena espiritual. Me encontré con una ser que dedicaría mi vida y mi cuerpo a su servicio, y luego vería que la vida era corta para amarla, lo que despertó en mí deseos de eternidad” (Adıvar, 2022: 14).

Considerado de este modo, se ve que el amor da sentido a la vida humana. El amor toca lo espiritual, lo eterno; o dicho de otro modo, el amor construye lo espiritual, lo eterno. El amor da sentido y propósito a la vida. Da una idea de para qué se existe y una creencia en lo que sucederá después. Ofrece todo esto en una combinación de emociones de excitación, devoción, dolor y perseverancia; ya que el ser humano y la vida se multiplican por la diversidad.

Por supuesto, sería incompleto e irreal si el amor que aquí se glorifica solo se abordara en su sentido constructivo. El amor es una emoción tanto destructiva como constructiva. Es pesado y a menudo se necesita valentía y paciencia para afrontar y aceptar este sentimiento. A pesar de que está alimentado por la emoción, la valentía, el compromiso y la ternura, el amor es a veces (quizás incluso a menudo) doloroso. Para Ziya, este amor es también doloroso y destructivo. Pero se arriesga a sufrir es que no se puede renunciar a la mujer amada bajo ninguna circunstancia. De este modo, los conceptos de perseverancia y paciencia crecen y ganan profundidad en el amor.

El joven enamorado no puede dejar de pensar en la mujer pálida y esto se convierte en una experiencia dolorosa: “Durante mucho tiempo sentí que el aire fragante se hacía más pesado con el pensamiento de esos ojos y de ese rostro, y que masas de penas desconocidas llenaban mi cabeza” (Adıvar, 2022: 14). Como se puede ver, no es fácil llevar el amor; se queda constantemente bajo el peso de la emoción y el pensamiento. De este modo, amar es arriesgar lo difícil. Ziya expresa así sus sentimientos: “Podía sentir cómo mi corazón se aplastaba bajo una gran carga y perdía su sensibilidad. El cielo y todo el ser se acercaban a mí lentamente, con una terrible determinación” (Adıvar, 2022: 65). A pesar de todas estas fases y transiciones emocionales, se mantiene el amor del joven en un nivel que desea el bienestar de la mujer a la que ama sin ceder a la rabia y a los sentimientos destructivos hacia la otra parte.

Bueno, si volvemos al presente: Los grandes sentimientos, como el amor, tienen un precio alto. Sin embargo, experimentar estas emociones nos hace humanos. Las grandes emociones nos permiten cuestionar y comprender la vida en profundidad, y crear una perspectiva universal tanto volviéndonos hacia dentro como mirando hacia fuera. ¿Cuál es el miedo a experimentar grandes emociones? ¿El sufrimiento? ¿Hasta qué punto podemos evitar el sufrimiento en la vida? ¿No están entrelazados la alegría y el dolor como consecuencia de ser humano? ¿Cómo se puede uno profundizar espiritualmente en la vida si no experimenta sentimientos tan preciosos como el amor? Si se rechaza todo esto, se puede perder algo de la esencia del ser humano. Álvarez González (2018), afirma con las siguientes palabras que el amor hoy en día se queda en un nivel muy superficial y se evita profundizar:

“No queremos perder el control de nuestra vida, no queremos perder la libertad, por tal motivo queremos amar sin caer enamorados; es decir renunciamos a la reciprocidad, y metemos a la afectividad en el congelador para no morir de amor. No se puede enamorar sin sufrir. La felicidad no es el único nombre del amor. Cuando amamos también sufrimos, porque el sufrimiento del otro es también nuestro sufrimiento; en el amor somos fuertes, pero también vulnerables; nuestra vida depende ya no solo de nosotros, sino también de la persona amada. No hay amor sin sufrimiento, por eso es más cómodo estar solos y no tomar la decisión de amar y de dejarnos amar” (9).

¿Tiene miedo el ser humano? ¿Están las personalidades de la era digital moderna moldeadas por miedos relacionales? En realidad, el amor es sólo un ejemplo: también se pueden destacar la amistad, el compromiso, la valentía, la perseverancia, la lealtad. La profundidad de estos sentimientos asusta al ser humano es que ya no quiere asumir responsabilidades. No quiere esforzarse. En el mundo digital, donde los placeres se experimentan y consumen rápidamente, ser paciente y valiente, esperar, enfrentarse a las emociones y pensar en ellas parece ser una pérdida de tiempo. Sin embargo, muchas cosas que se consideran una pérdida de tiempo son fenómenos que nos llevan a ser verdaderamente humanos.

Nos gustaría concluir este artículo con las siguientes frases de la novela. Sí, el ser humano se vuelve más solitario, sin embargo, las profundas conexiones que establece consigo mismo y con los demás le acercan al verdadero significado de ser humano.

“Vení, amémonos, tomémonos de la mano y demostremos que el ser humano no está condenado a la soledad eterna. Que nuestros corazones latan un poco, que nuestras almas se refugien la una en la otra, y así, vayamos a la eternidad” (14).

 

Obras citadas:

Adıvar, H. E. (2022). Heyula (Fantasma). Estambul: Editorial Can.

Aktaş, Ş. (1992). Halide Edip Adıvar. Başlangıcından Günümüze Kadar Büyük Türk Klâsikleri (Grandes clásicos turcos desde el principio hasta hoy). Ötüken Neşriyat (Revista Ötüken). Nú: 11, 60-65.

Altuğ, F. (2022). Heyula Nerede Dolaşıyor? (¿Dónde vaga la fantasma?). (içinde/en) Heyula (Fantasma). H. E. Adıvar. Estambul: Editorial Can. 69-76.

Álvarez González, F. J. (2018). El amor en los tiempos modernos. Recuperado por: http://freddyalvarezg.blogspot.com/ (18.06.2025).

Bakır, U.; Bazarcı, S. (2020). Tüketim Toplumunda Bedelli Aşk: Sevgililer Günü Reklamlarına Yönelik Bir İnceleme (El amor pagado en la sociedad de consumo: Un análisis de los anuncios de San Valentín). Anadolu Üniversitesi İletişim Bilimleri Fakültesi Uluslararası Dergisi (Revista Internacional de la Facultad de Ciencias de la Comunicación de la Universidad Anadolu). Nú: 1, 58-75.

Çopur, Y. (2016). Halide Edip Adıvar’ın Akşam Gazetesindeki Makalelerinde Kültür, Sanat, Edebiyat Yansımaları (Reflexiones sobre cultura, arte y literatura en los artículos de Halide Edip Adıvar en el periódico Akşam). Uluslararası Sosyal Araştırmalar Dergisi (Revista Internacional de Investigación Social). No: 44, 45-57.

Doğramacıoğlu, H. (2017). Halide Edip Adıvar’ın Eğitim ve Öğretim ile İlgili Görüşleri (La opinión de Halide Edip Adıvar sobre la educación y la formación). Akademik Bakış Dergisi (Revista de visión general académica). No: 62, 137-129.

Hobbs, M; Owen, S.; Gerber, L. (2017). Liquid love? Dating apps, sex, relationships and the digital transformation of intimacy. Journal of Sociology. Nú: 53, 271-284.

Kaya, Ö. (2022). Modern Zamanlarda Kaybolan Bağlar, Aşk Etiği ve Yalnız Yaşam Üzerine Sosyolojik Tefekkürler (Reflexiones sociológicas sobre los lazos perdidos en los tiempos modernos, ética del amor y vida solitaria). Sosyal ve Kültürel Araştırmalar Dergisi (Revista de Investigación Social y Cultural). Nú: 17. 185-215.

Oktay, N. (2022). Halide Edip Adıvar’ın “Heyula” adlı romanında öldüren aşk (El amor fatal en la novela “Fantasma” de Halide Edip Adıvar). Prof. Dr. Nazım. H. Polat’a Armağan (Homenaje al Prof. Dr. Nazım H. Polat). Ed. T. Haykır, D. Apaydın, M. Akbaş. Estambul: Editorial Tedev. 669-677.

 

 

 

[1] El autor cita esta afirmación de Yücebaş y Malkoç.

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