Claudia Silvia Barraza

Escritora – La Plata – Buenos Aires – Argentina

silviabarraza_1959@hotmail.com

En el mismo espacio pero tan lejanos, los dos hombres respiraban el mismo aliento, denso, húmedo. La oscuridad se interrumpía sólo cuando el fósforo encendía su mecha y el cigarro brillaba en el pozo. Un metro, tal vez metro y medio entre un cuerpo y el otro. Las cabezas están separadas y las ideas también. El miedo los unía en varios momentos aunque no lo confesaran, disfrutaban de ese simple y corto instante en el que fumaban en silencio, acompañados con sus pensamientos, sus deseos, sus recuerdos. Simplemente, dos soldados dentro de una trinchera. Dos almas en un país que no era el de ellos, enfrentando a hombres que no conocían, compartiendo el terror a las noches negras, oscuras y llenas de silbidos amenazadores. Una guerra que no buscaron y un viaje que nunca imaginaron cuando estaban allá en su tierra, en su país, en su lugar. Ahí estaban ahora rezando por ellos, por los otros y por las decisiones que algunos tomarían para su propio provecho.

Terminaron el cigarrillo y suspiraron, el humo blanco se expandió hasta desaparecer.

-¿Vos tenés hambre? Creo que me queda algo de chocolate en la mochila. Lo compartimos

– Gracias. En el termo dejaron algo de café, seguro está frío.

-¿Vos de dónde sos? Yo vine del Norte

-A mí me trajeron del Sur. ¿Ahora en dónde estamos?

-Nunca pregunté, pero cuando hablan no les entiendo.

-Yo tampoco, pero no importa.

-Cuando volvamos a casa tendremos algo nuevo para contar.