Las instituciones gestionadas como feudos: ventajas de sus protegidos por Marisa Avogadro Thomé Archivo - Archive Ciencias y Comunicación - Science and Communication Número 22 - Noviembre 2024 23 de noviembre de 202423 de febrero de 2025 Mag. Marisa Avogadro Thomé – Escritora y periodista argentina Socia correspondiente por la Argentina en la Academia Libanesa – Brasileña de Letras, Artes y Ciencias en Rio de Janeiro, Brasil – me.avogadro@gmail.com.ar En un escenario global complejo como el actual, se abren camino diversas instituciones de variados temas, pagas y gratuitas, privadas y públicas, que ofrecen a la sociedad y a parte de ella diversas oportunidades. Una institución se define como un organismo o grupo social, que con ciertos medios, persigue la realización de determinados propósitos y grupo como el conjunto de dos o más personas que interactúan para conseguir objetivos propuestos dentro de una organización. Por tal motivo hay diferentes clases de instituciones y las mismas se rigen por reglas formales que son las normativas de carácter jurídico y las leyes y las informales que constituyen los hábitos y conductas adoptadas por el grupo, normativas no escritas pero si aceptadas para el funcionamiento del mismo. Una institución es un ser vivo y como tal tiene un cuerpo, una historia, evoluciona y cambia en un escenario determinado, está inserta en un sistema social, en un marco de referencia y en un contexto mundial globalizado, caracterizado por la aceleración histórica y cambios permanentes gestados desde las nuevas tecnologías de la información y la comunicación. Nuevos roles y espacios Definidas las características de las instituciones y del entorno donde se desarrollan, observamos que, las instituciones se desarrollan a partir de normativas y allí es de vital importancia las normativas no escritas y si aceptadas por todos sus miembros, porque de ellas y del comportamiento de sus directivos, dependerá en gran parte el destino de la misma y de sus integrantes. Algunas personas, con aptitudes para la conducción, en muchas oportunidades suelen sentirse “embelezados” por el poder que creen tener al liderar a las mismas, y transformadas éstas en especies de feudos, comienzan a desdibujar sus objetivos y fines, para ser espacios antojadizos que un dedo acusador guía, entre “el bien y el mal” según sus gustos, desde quiénes van a formar parte, hasta quienes serán invisibilizados porque sus intereses mezquinos así lo necesitan. Este recorrido que parece de una gran simpleza, no lo es tal, al momento de poner en marcha este andamiaje, solo para conseguir sus fines y hacer sentir “poderosas” a personas que solo perjudicando a sus pares, se sienten bien, y encuentran en este ser vivo, la institución, el feudo adecuado para perpetuarse. Comunicación e instituciones Visto desde la perspectiva comunicacional, una institución debería pensar en la apoyatura de dos acciones diferentes de la comunicación, para interactuar hacia afuera y hacia dentro de ella: la comunicación institucional y la estratégica. Ambas orientaciones le servirán para poner en común justamente, las actividades que desarrolla y poder invitar si es el caso a la comunidad toda a que acompañe sus acciones y eventos. Lejos está la visión mezquina, circunscrita solo a sus integrantes y de ellos a un grupo en especial para que participen, debido que con esas actitudes solo se consigue cada vez reducir más el campo de acción. Además, en términos de estrategia, recordar que la imagen de una entidad se compone de diferentes perspectivas de dicha imagen y que el trato no adecuado que se da ya sea a sus integrantes o al marco de referencia del mismo, influye directamente en su accionar y el mensaje que deja sobre si misma en el entorno. Estos temas abordados escuetamente, intentan esbozar una situación y demandaría varias hojas el referirse a ellos en forma explayada. Los feudos y sus protegidos Llegando finalmente al final de este artículo, queda de manifiesto, que si bien una institución es un ser vivo instalado en un marco de referencia, en manos de personas con intereses mezquinos, puede resultar en detrimento de una comunidad toda, sea cual fuera la orientación de dicha institución, sus fines y objetivos, que como ya se expresó, pueden ser variados y diversos. La institución que se maneja como un feudo, por lo general no necesita de personas frontales. La hipocresía es el camino para dejar de lado a personas proactivas en favor de las personas incorrectas y con actitudes genuflexas que seguramente dirán que si a cuanta directiva y acción se ejecute, con el objetivo de conseguir lo que desean.