Aquello no dicho por Ángela Gentile Archivo - Archive Ciencias y Comunicación - Science and Communication Número 19 - Noviembre de 2023 3 de noviembre de 20233 de noviembre de 2023 Prof. Ángela Gentile – Escritora – Buenos Aires – Argentina librosdelmundo.g@gmail.com Agathí Dimitouka en Laureles de silencio, nos acerca a una poesía que nos hace percibir aquello alado mencionado por Platón. La dimensión propuesta por la poeta es el lenguaje. Su palabra desafiante respira libertad y sabe que los confines son inexistentes: Soy un acróbata y busco un nuevo dios. Es griega y no solo por nacimiento sino por helenidad. Ella construye la poesía con el carcaj de los dioses y el lenguaje como centro de su perfección. No necesita demostrar erudición, nos la deja al alcance de la mano, rondando umbrales donde podemos recogerla y hacerla propia. El camino de la desconstrucción es solamente para permitir que vivenciemos la tragedia desde su esencia infinita: Detrás de la luna llena una luna vacía suele esconderse pone patas para arriba nuestros corazones y luego regresa al cielo. No es metafísica, es que habita el cosmos esa otra tierra de los griegos. Allí Selene, la misma que vio transitar la Humanidad, nos ilumina para advertirnos que somos sombras incompletas: Héroes y víctimas vamos de la mano. Todas las monedas tienen dos caras. Dimitrouka es una poeta griega en el siglo XXI que viene desde Mitilene, Tanagra, Tegea o Mesolongui para compartir su saber Ελληνικές ɣλώσσες, la lengua helénica. Ella canta en las alturas poéticamente y revela los silencios de los hombres y mujeres: (…) Fuera de leyes y abusos de la piedra hicimos nuestra brújula y cada noche partimos hacia los suburbios del Hades. El Hades no es solamente griego sino de todos aquellos que admitimos su existencia: (…) Un río profundo es nuestra mente que carga suciedad antigua. (…) Esa carga poética transita junto al aire de las tragedias donde el ser humano viaja desde el corazón, hacia todas las variables de amor que los clásicos poseían: (…) Tu grito se ha congelado Como el fuego sobre la nieve, Y tu alma bordada Con hilo ancestral Exclama: << ¡Acuérdate!>> (…) Su poesía peregrina, sus versos van en busca de dioses y conserva la ambrosía para nuestras almas: APOLO Una sombra de óxido sobre el mármol, oro en polvo sobre porcelana, para que se escape de la vista tu belleza ególatra. Nadie te mira de frente, todos tienen como escudo a Dionisio, la máscara, esperando escuchar por tu lira la interpretación del oráculo: <<Dios que se humaniza, muere como los humanos>> La poeta, vigilante en la claridad de la palabra, no está fuera del pensamiento sino en la acción del mismo. Es su esencia: HIPÓCRATES <<Estoy mirando el hipocampo, y ¡cómo se asemeja a ti!>>, me dice Hipócrates, mi vecino. Cuento mis espóndilos y las apófisis también. <<Si algo sobra, todo está bien>>, comenta él, <<si algo falta, no importa; alégrate de no pertenecer a los moluscos>>. <<¿La serpiente?>>m, le pregunto. <<Quieres que sea todo tuyo>>, me responde, <<El veneno tú también lo tienes en la boca, en la lengua>> Su poesía sufre de lucidez y roza la razón. Su escritura tiene una musicalidad extraterrenal que cruza el Egeo, esa patria de los griegos. Un destino personal la conduce al encuentro con el alma y algo se revela como en el Fedón: “Más, una purificación, ¿no es justamente lo que dice la antigua tradición? Poner en lo posible el alma aparte del cuerpo y acostumbrarla en lo posible a encerrarse y recogerse sobre ella misma, a vivir, tanto como sea posible en las circunstancias actuales y en las que seguirán, aislada en sí misma y desprendida del cuerpo como de una cadena?”[1] Este es su manera de hablar de la Ελευθερία, la libertad. [1] Fedón , 67 c.d.