Reflexiones sobre la conferencia impartida por la Lic. Carina Faur en el Museo del Inmigrante de Bowen Archivo - Archive Ciencias y Comunicación - Science and Communication Número 18 - Julio de 2023 9 de julio de 20239 de julio de 2023 Adela Álvarez Faur- Escritora, poetisa y guionista General Alvear – Mendoza – Argentina adelaalvarez.historias@yahoo.com y/o adelaalvarez30@gmail.com El 23 de mayo próximo pasado, se llevó a cabo, en el marco del ciclo de conferencias 2023 del Museo del Inmigrante de Bowen, la conferencia titulada “La Segunda Guerra Mundial: su impacto en ciertos flujos migratorios hacia Argentina”, a cargo de la licenciada Carina Emilce Faur. Organizado por el Museo del Inmigrante y la Dirección de Cultura de General Alvear. Con un dinamismo arrollador y una memoria prodigiosa, la conferencista nos introdujo en el conflicto más cruento del siglo XX, el cual provocó innumerables daños materiales y aproximadamente 60.000.000 de personas muertas, con mayor proporción de bajas civiles a militares, como nunca antes se había registrado. Además, provocó el mayor desplazamiento de poblaciones de toda la historia moderna, estimándose en 64.000.000 de personas entre desplazados, deportados, refugiados y apátridas, es decir, cerca del 10 por ciento de la población europea. Esta cifra no contempla las situaciones similares de flujos poblacionales en el teatro de guerra de Asia y el Pacífico. Durante la conferencia, nos ubicamos en ese contexto de crisis, vemos el movimiento migratorio durante la guerra e inmediata posguerra, abordado no tanto por su importancia cuantitativa y la intervención de los estados, sino también por las características de los grupos migratorios y las causales que los originaron: las violaciones sistemáticas al derecho internacional humanitario, tanto en normas relativas a la conducción de las hostilidades como en cuanto a la protección de personas y bienes. Los flujos migratorios se ven impactados directamente por el avance de la guerra racial y la guerra de agresión, tanto en intensidad como en características. Diferenciando la guerra racial – 1933 / 1945 – de la guerra de agresión – 1939 / 1945, la disertante fue marcando el desarrollo de los flujos migratorios conforme iban evolucionando los acontecimientos en ambos «conflictos», que, a partir de 1939, irán en paralelo aunque con características diferenciadas en función de las víctimas. En ese sentido, remarcó la importancia de tener en cuenta que la política de exterminio masivo del régimen nazi, consecuencia de la guerra racial, provocará un estimado de 13.000.000 de víctimas, siendo las personas de origen judío (primero alemanes y luego de otras nacionalidades) los principales objetivos de la guerra racial (alrededor de 6.000.000 de judíos murieron a causa de ello). Es en este contexto donde intentará hacernos sentir parte de la travesía que muchos de ellos debieron vivir para poder escapar de la Alemania nazi primero, y a medida que ésta avanzaba conforme a sus objetivos en la guerra de agresión, de los otros países ocupados o anexados por parte del régimen nacionalsocialista. El fracaso de la conferencia de Evián en 1938 y los barcos con refugiados judíos que debieron retornar a Europa porque nadie los recibía, nos interpeló respecto a la inacción del mundo, incluyendo nuestro país, frente a la desgracia de millones de seres humanos que perdían su nacionalidad, su identidad, su vida, por el sólo hecho de ser rotulados “enemigos raciales.” El conflicto de agresión, desatado el 01 de septiembre de 1939 con la invasión, anexión y reparto de Polonia entre Alemania y la URSS, se convirtió en una conflagración de escala global, enfrentando a las fuerzas del Eje con las potencias Aliadas en un teatro de operaciones extenso (primero se limitó al territorio europeo y luego se extendió a Asia y África). Luego de la Operación Barbarrosa en 1941, la URSS, a partir de ese momento del lado de los Aliados, llevó el peso de la guerra en el teatro de operaciones de Europa del Este, mientras las principales potencias occidentales hacían lo propio en Europa Occidental, Asia y África. En esta interesante disertación, Carina Faur, cruzaba información entre la guerra racial y la guerra de agresión, con una velocidad sorprendente, intentando darnos un marco lo más completo posible de la devastación, el horror y la inhumanidad, mostrando documentos históricos así como imágenes y videos, muchos de ellos tomados en investigaciones realizadas en el terreno, de campos de trabajo, campos de prisioneros de guerra, campos de exterminio y testimonios de sobrevivientes, tanto de la guerra racial como de la guerra de agresión. No obstante, no escatimó en mencionar que una de las grandes críticas que se hicieron a los Aliados fue que, la crueldad de los otros no podía ni debía justificar las violaciones a las reglas más elementales de humanidad que rigen la conducción de las hostilidades. En ese sentido mencionó a modo de ejemplo, los campos de internamiento de ciudadanos norteamericanos de origen japonés e inmigrantes japoneses en Estados Unidos, los bombardeos indiscriminados sobre las grandes ciudades alemanas y japonesas y los ataques nucleares sobre Hiroshima y Nagasaki, como uno de los tópicos que más debate de posguerra generaron. Las violaciones a las mujeres alemanas especialmente en Berlín, por parte de las tropas rusas, fueron ampliamente criticadas así como el tratamiento a los prisioneros de guerra alemanes en territorio ruso. Con la capitulación de Alemania el 08 de mayo de 1945 y de Japón, el 02 de septiembre del mismo año, se dio por finalizada la Segunda Guerra Mundial y por primera vez en la historia, dos tribunales militares internacionales juzgaron individuos y organizaciones por crímenes de guerra, crímenes contra la paz y crímenes de agresión. Señaló también que… “Durante la guerra, Argentina recibirá refugiados e inmigrantes pero el flujo no será continuo y variará en función de las simpatías de los gobernantes argentinos hacia los contendientes. Una vez finalizada la guerra, entre 1945 y 1959 ingresarán por el puerto de Buenos Aires unos 900.000 inmigrantes, la mayoría de origen italiano, seguido de españoles”. “Pero también llegarán alemanes, judíos de distintas nacionalidades, rusos, polacos, de estos últimos, la mayoría habían servido en el ejército polaco o en la resistencia. Además de los refugiados e inmigrantes, aprovechando la masividad de los flujos migratorios, llegarán personas que escapaban desde Alemania, Austria, Francia, Italia, Yugoslavia, Rumania, por acusaciones relativas a crímenes de guerra en calidad de responsables, partícipes o colaboracionistas del nacionalsocialismo y el fascismo”. “El Comité Internacional de la Cruz Roja ha reconocido que no logró evitar que algunos criminales de guerra se aprovecharan del caos para huir sin ser detectados, accediendo a pasaportes emitidos por esa organización humanitaria”. “Entre quienes pudieron escaparse a Sudamérica con pasaportes de la Cruz Roja, -con nombres falsos- estuvieron algunos jerarcas nazis como Josef Mengele, Klaus Barbie, Franz Stangl, Walter Rauff y Adolf Eichmann. Algunos, como Mengele, que falleció en Brasil, y Rauff, que murió en Chile, lograron evadir la justicia toda su vida. Otros fueron detenidos y extraditados años más tarde. El caso más famoso fue el de Adolf Eichmann, quien fue capturado en Buenos Aires en 1960 por un grupo comando israelí, trasladado en avión de manera clandestina a Israel, donde fue juzgado en Jerusalén, condenado y ejecutado en 1962”. Cerrando con un caso de apatridia en Argentina, la licenciada lo expone como resultado de la Segunda Guerra Mundial y a fin de dar visibilidad a un tema que poco se conoce, en un breve y conmovedor video mostró el caso de Sergio Chekaloff, quien luego de años de vivir en Argentina, supo que nadie lo reconocía como nacional, ni Alemania, donde había nacido en un campo de refugiados, ni Argentina para quien era un extranjero de origen alemán. Con mucho más para decir, y luego de tres horas de conferencia, donde el público se mantenía expectante, concluyó remarcando una vez más, que la Segunda Guerra Mundial, se trató de un conflicto, donde las distinciones más elementales de humanidad se desdibujaron por parte de todos los contendientes afectando a poblaciones enteras, muchos de los cuales no querían ni deseaban la guerra. Una buena cantidad de esas personas, desprovistas de todo lo que un ser humano puede tener, decidieron emigrar. Algunos, llegaron a Argentina y por razones diferentes a la gran inmigración masiva de principios de siglo, terminaron adoptando nuestro suelo porque querían, sobre todas las cosas, vivir en paz. Entre ellos, 8.000 sobrevivientes de la Shoá. * Carina Emilce Faur Bachiller Universitario en Ciencias Políticas. Licenciada en Relaciones Internacionales. Investigadora en Ciencias Sociales, especializada en DIH.