Memoria que se hace presencia – Javier Aciar y el Refugio: su Museo del Tango junto a Nina en Dorrego Archivo - Archive Entrevistas - Interviews Mayo 2023 28 de mayo de 202328 de mayo de 2023 Javier Aciar y su esposa Nina en su Museo del Tango, en Dorrego, Mendoza Se siente un ritmo de 2 por 4, un tango instrumental comienza a acompañarnos en esta mañana soleada de domingo y desde la puerta, un varón del tango nos dice: «Con permiso, soy el tango,/yo soy el tango que llega,/por las calles del recuerdo,/donde nací ni me acuerdo,/en una esquina cualquiera,/ una luna arrabalera, y un bandoneón son testigos,/ yo soy el tango Argentino,/ donde guste y cuando quiera.// Por la calle «El porteñito»,/ entre «El choclo» y «La payanca»,/un servidor se abrió cancha,/al compás del organito,/ y a la luz de un farolito,/escondido entre glicinas,/ en el atrio de una esquina,/ una noche de verano,/ me apadrino «El Entrerriano»/ con «La Morocha» Argentina…» Con las palabras de Héctor Gagliardi y «Me llamo tango», Javier Aciar nos recibió recitando, junto a su esposa Nina. Una atmósfera especial comienzò a envolvernos entre sonidos y palabras. Estábamos en el Museo del Tango que poseen. Solo tenemos oidos para su recitado de memoria, hasta el último verso. Javier Aciar es un mendocino nacido en Palmira, de 81 años y medio como él dice. Hacedor junto a su esposa Nina, del Museo del Tango en Mendoza y uno de los protagonistas y co – fundador de instituciones que han promovido el tango en la provincia y atesora recuerdos imborrables de orquestas, músicos y del quehacer provincial en estas expresiones de arte, como parte integrante y director artístico de varias de estas actividades. Y entre ritmos típicos, café de por medio y la amabilidad de Nina y Javier que nos acompañaron por horas para disfrutar de esta historia viva de parte de la música y el quehacer mendocino, Javier nos dio una recorrida por ese espacio mágico, donde el tiempo parece detenerse y nos muestra un hilo conductor, una cronología de variados acontecimientos. Algunas de las paredes albergan carteles de presentaciones de teatro, de orquestas, entradas a eventos musicales, radios, micrófonos, un set de barbería que fue de su abuelo. Varios de sus juguetes, incluido uno que tiene desde un viaje que realizó Perón y en su paso por Palmira se lo arrojó desde un tren. Fotos de Carlos Gardel, Tita Merelo, Anìbal Troilo, junto a un sin número de objetos, cada cual acompañado por su relato verbal de historia y evolución. Y nos encontramos con esta «Memoria» de su autoría, que da fundamento y origen a su museo Sr. Javier Aciar ¿desde cuándo comenzó a interesarse por temas de arte? Desde la escuela primaria las maestras me pedían que leyera los versos, ya que de un día para otro, los memorizaba sin problemas, fueran largos, cortos. Ahí comencé a declamar. El tiempo fue pasando, continué con estos temas y comencé a conocer el tango y ha desarrollar el gusto por todo lo que lo rodea. ¿Cómo continúa este camino entre sus diversos trabajos, incluidos los de arte? Trabajé como ferroviario; como enfermero en el Hospital Central y además me capacité y recibí de auxiliar de kinesiología. A fines de 1960 incursioné con un programa de tango en Radio Nacional por poco tiempo. Luego por intermedio de un compañero fui a trabajar en el Hotel Huentala, que lo abrieron en el 1978, etapa del mundial de futbol. En ese hotel se hacían cenas con espectáculos artísticos y llegué a ser el director artístico de ese espacio, convocando a artistas de Mendoza, de Buenos Aires como Luis Aguilé, Tita Merelo, entre otros. Allí me encargaba de la animación, la presentación artística y recitaba sobre tango. En una ocasión estuvo presente el cantante de San Martìn: Carlos «Pirincho» Ríos, con un conjunto de bandoneón y guitarras. También Los caballeros del tango, dirigido por Adolfo Caballero (bandoneonista). En esta etapa del hotel conocí a Rafaela Carrá, que se alojó aquí, y la trajo a la provincia un productor de espectáculos local y actuó en el estadio junto a Carlos Balá. En el hotel había un salón ambientado al estilo español, ahí hacía presentaciones de espectáculos y también conocí a Analía Gadé. Como co-fundador e integrante de asociaciones que han promovido el tango en Mendoza, ¿nos contaría cuáles han sido y qué actividades han desarrollado? He participado en diversas actividades. Tanto en la Asociación Cultural Amigos del Tango como en el Ateneo del tango, que iniciaron estas asociaciones. Respecto de la Asociación Cultural Amigos del Tango se formó en 1972. En ese momento el presidente fue Miguel Banela, el maestro Adolfo Caballero (uno de los primeros bandoneonistas de Mendoza), el cantante Pedro Coria, los hermanos Pringles (bandoneonista uno y el otro tocaba el contrabajo), el cantante y fundador Lito Quiroga. Recuerdo como fueron los detalles de la formación de esta asociación. Una noche actuaba la orquesta típica de los Appiolaza en el hoy teatro Quintanilla (llamado anteriormente Millán) y al terminar el evento, dos muchachos en ese momento, Lito Quiroga y José Costa (ambos empleados de Aerolíneas Argentinas en Mendoza), habían hecho folletos con máquina de escribir y cuando iba saliendo la gente del espectáculo los repartieron para convocar y reunirse y de ahí surgió la primera reunión que se realizó en el Sindicato de Músicos de Mendoza, en calle Rioja. Tuvo una gran convocatoria y posteriormente nos reunimos en el Centro Vasco, y ahí se conformó la Comisión de la asociación.. Promovíamos cenas – show mensuales; en ese momento era de estilo realizar estas cenas con baile, donde había una orquesta de jazz y otra típica. Las haciamos en el Club Pacífico, el Club Murialdo, entre otros y estuvimos por 10 años con estos eventos. Desde la Asociación se trajo al maestro Osvaldo Pugliese al Club Pacífico y tuve el honor de hacer su presentación. Además, en el mencionado club, por calle Perú, había un restaurante y allí trajimos al maestro Donato Racciatti, quien le dio lugar en las orquestas a las cantantes mujeres, con artistas como: Nina Miranda, Olga del Grossi. A Mendoza vino con Olga del Campo y Ricardo Lescano, como vocalista varón. Usted fue uno de los fundadores del Ateneo del Tango en Mendoza. ¿Cómo se constituyó el Ateneo? El Ateneo de Tango de Mendoza lo formamos con Ana y Tito Gelman en el año 2010. Cumplirá 13 años en noviembre de este año. Fuimos Ana, Tito, Guillermo Puebla (folclorista que tocaba la guitarra y cantaba), Juan Espoliansky y yo. Cinco personas los que nos juntamos en la calle Pringles, donde vivìan Tito y Ana. Al comenzar a sumarse personas, se buscó el entonces café Z´Gastón que era la confitería de la Galería Independencia. Se agregaron Javier Ledda, José Moiso, entre otros. Actualmente, el Ateneo desarrolla sus actividades en la Pastelería Olivia de calle Chile, en Mendoza. Finalmente, habían pasado casi dos horas de charla, como si sólo hubiera transcurrido un momento. La cordialidad del matrimonio Aciar, su predisposición para mostrarnos cada objeto y su historia. Sin lugar a dudas, un espacio para visitar y tener la experiencia de conocer sobre historia, la historia de una parte de la tierra mendocina, el tango, y muchos temas más, de la mano y la palabra de sus hacedores. Una historia viviente … Mag. Marisa Avogadro Thomé, periodista y escritora de Mendoza, Argentina EL MUSEO DEL TANGO EN IMÁGENES Javier Aciar en un momento de recitado en el Museo del Tango