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Efectos ovidianos en la Divina Comedia

Prof. Ángela Gentile – Escritora – Buenos Aires – Argentina

librosdelmundo.g@gmail.com

 

Los poetas Ovidio y Dante Alighieri tienen en común la tierra, la poesía y el exilio. Es sin duda el destierro un punto de inflexión en la vida de ambos autores, un cambio de perspectiva y de paradigma. Ambos experimentaron el eterno tema que ronda la mitología heroica clásica: Ovidio, exiliado en Escitia, al noroeste del Mar Negro, en el siglo VIII d.C por el emperador Augusto, decidió permanecer en Tomis. Este poeta cargó consigo la ausencia del paisaje natal, aquel mundo conocido. Sin embargo, esta experiencia lo llevó a reflexionar sobre su vida, su obra y su relación con la naturaleza humana. Las “Tristias” son un testimonio de ese dolor transformado en poesía, donde explora temas como la nostalgia, la soledad y la pérdida e utiliza la naturaleza como un espejo de sus propios sentimientos.

Dante Alighieri, poseedor de una mentalidad simbólica-religiosa-medieval, cumpliría su exilio en Ravena. Este destierro fue igualmente traumático, pero también lo impulsó a emprender un viaje interior y a crear una de las obras maestras de la literatura universal, la “Divina Comedia”. En ella, el exilio se convierte en un peregrino en busca de la verdad.

Serán los escritos de Ovidio y sobre todo la poesía mitológica la que dará forma al vacío cotidiano de Dante.

Ovidio, en la «Metamorfosis», proporcionó un variado tapiz de mitos y leyendas que sirvió como fuente de inspiración para Dante. La capacidad de Ovidio para transformar lo divino en humano y lo humano en divino resonó profundamente en Dante, quien a su vez utilizó la mitología clásica para explorar temas teológicos y morales en la «Divina Comedia».

Tanto Ovidio como Dante experimentaron el exilio como un momento de profunda transformación. Este acontecimiento los llevó a reflexionar sobre su identidad, su lugar en el mundo y el significado de la vida. El dolor y la soledad del exilio se convirtieron en una fuente de inspiración poética, impulsándolos a crear obras que trascendieron sus propias experiencias personales, abriendo las puertas para una renovación de la literatura de Occidente. Ambos innovadores en el uso del lenguaje y en la estructura de sus poemas. Ovidio enriqueció la lengua latina con nuevas expresiones y metáforas, mientras que Dante utilizó el italiano vulgar para crear una obra maestra de la literatura. Ambos poetas demostraron que la poesía podía ser un vehículo poderoso para expresar ideas complejas y emociones profundas.

Es de destacar que las obras de Ovidio, tenían una circulación importante en el Medioevo, sobre todo en los siglos XI y XII, en ámbitos no precisamente universitarios, sino en las escuelas toscanas de gramática. Los maestros incluían versos de Ovidio como modelo de latín ejemplar, elegante, de riqueza léxica y de amplio dominio para narrar historias; de este modo se convirtió en una figura clave para la enseñanza de la lengua latina. Se recreaban textos de Tristia o Las tristezas y Epistulae ex Ponto o Cartas desde el Mar Negro. Se cree que algunas obras reunidas en el ambiente florentino y a las bibliotecas no eran accesible a todos los lectores. Es probable que Dante en su juventud hubiera tenido acceso a estas obras y que se hubiera inspirado en ellas; como así también otros poetas medievales que, al estudiar y admirar la obra de Ovidio, adoptaron muchas de sus innovaciones lingüísticas y estilísticas. Esto contribuyó a enriquecer las lenguas romances y a desarrollar nuevos géneros literarios.

Ovidio revivió el interés por la mitología clásica y la convirtió en una fuente de inspiración a los escritores medievales. Muchos de los mitos y leyendas presentes en sus obras fueron reinterpretados y adaptados a las nuevas sensibilidades religiosas y culturales. La noción de «auctoritas» era fundamental en la Edad Media. Citar a un autor reconocido como Ovidio confería un mayor peso y credibilidad a las propias ideas. Además, permitía establecer un diálogo intertextual con la tradición literaria y situarse dentro de una corriente de pensamiento.

Ovidio como luego Dante y también Brunetto Latini exploraron el tema del amor de manera profunda y compleja. Sin embargo, sus perspectivas difieren. Mientras Ovidio a menudo presenta el amor como una fuerza poderosa y a veces destructiva, Dante y Brunetto lo vincularán a una búsqueda espiritual y a la idea de un amor divino.

Ovidio fue un maestro en el arte de narrar historias de amor y desamor, entrelazándolas con la mitología clásica. Sus obras, como las Metamorfosis y las Heroides, exploraron las complejidades de las emociones humanas y establecieron un canon de temas y motivos que han sido retomados por innumerables escritores a lo largo de los siglos. Su influencia se extendió desde la literatura medieval hasta la renacentista, donde sus mitos fueron reinterpretados y adaptados a nuevas cosmovisiones.

Dante Alighieri, por su parte, desempeñó un papel fundamental en la formación de la lengua italiana y en la elevación de la poesía. La Divina Comedia es una obra monumental que combina la teología cristiana, la filosofía y la mitología clásica, pero también es un profundo viaje personal a través de los infiernos y los paraísos del amor. Dante logró trascender las barreras lingüísticas y culturales de su época, convirtiendo su lengua vernácula en un vehículo para expresar las más altas aspiraciones del espíritu humano.

El poeta de la Comedia, Dante Alighieri, subraya un paradigma para alcanzar su discurso ético y político en su obra: la construcción poética para escribir en Vulgar. Estas deberían respetar al menos dos preceptos: uno la elección del tema o materia y segundo la conveniente adecuación del tema o materia al estilo.

Dante utiliza un lenguaje rico y variado, adaptando el registro a cada situación y personaje. Esto le permite crear una obra compleja y multifacética, que va desde la descripción detallada de los castigos infernales hasta la contemplación de la belleza celestial.

Ovidio narra diversas historias relacionadas con la ciudad de Tebas, lugar plagado de incertidumbres; que, Dante retoma para evidenciar una alteralidad, un contrapunto con Atenas y Roma. Si Atenas representa la sabiduría y la filosofía, y Roma el poder político y la ley, Tebas puede simbolizar la pasión, el conflicto y la tragedia. Al evocar a Tebas, Dante está invocando un universo mítico y literario rico en pasiones humanas y destinos trágicos: «discriver fondo a tutto l’universo» (Inf. XXXII 8).  Esta frase (describir el fondo de todo el universo) refleja la ambición de Dante de abarcar la totalidad de la experiencia humana, una ambición que comparte con Ovidio.

Dante, como maestro del lenguaje, utiliza un estilo elevado y elaborado para tratar temas de gran importancia, como la política. Al emplear el «summus stilorum«, en el Canto XXXII del Infierno y mencionar a Pisa como «novella Tebe», confiere a sus reflexiones una mayor autoridad y trascendencia para aquellas ciudades representativas de las miserias de los hombres: crímenes consanguíneos, blasfemias, venganzas divinas y odio extremo. La comparación de Pisa con la Tebas mitológica es un ejemplo perfecto porque trasciende de lo particular en busca de alcanzar lo universal.

La admiración del florentino por los poetas latinos se manifiesta ya desde la juventud en la Vita Nova y en De Vulgaris Eloquentia donde pone de relieve las tres finalidades humanas: armorum probitas, amoris accensio y directio voluntatis; es decir: la honestidad de las armas, el encendido del amor y la dirección de la voluntad como referencias del mundo clásico.  Pasajes que demuestran cómo Dante utiliza la mitología ovidiana no solo como un recurso literario, sino también como una forma de explorar temas universales como el amor, la creatividad y la naturaleza humana. En la invocación a Apolo y Dafne al inicio del Paraíso establece un marco mitológico para la ascensión del poeta. El amor de Apolo por Dafne, que termina en la transformación de esta en un laurel, puede ser visto como una alegoría del amor divino y de la búsqueda de la perfección espiritual. La mención del sileno Marsia (v.19-21) y su competencia con Apolo por la flauta (Metamorfosis, VI, 382 ss) es un ejemplo para explorar temas como la vanidad y la arrogancia.

Ovidio brindará a Dante modelos de transformación de la materia en el más allá, sean estos en animales o vegetales. En el Inferno el cuerpo de los falsos son desfigurados por la lepra o la sarna (Infierno, Canto XXIX-XXX) quizá sea esta una inspiración de la peste de Egina (Met.VII 523 ss). Se debe aclarar que Dante era ajeno al flagelo de la epidemia pues murió en el año 1321, casi veinte años antes del horror de la peste. Tanto Ovidio como Dante utilizan la naturaleza como un medio para analizar las transformaciones del ser humano.

Esta idea de transformación arraigada en ambos autores pero con diferentes objetivos, conducen a un pensamiento renovador dentro de la literatura. En Ovidio, las metamorfosis suelen ser físicas y externas, mientras que en Dante, la transformación es más bien espiritual e interior. Sin embargo, ambos comparten la fascinación por la idea de que los seres humanos pueden trascender sus límites y alcanzar una forma de existencia. La historia de Glauco es especialmente significativa para Dante, ya que representa la búsqueda de la inmortalidad y la unión con lo divino. Al igual que Glauco, el alma humana puede alcanzar la inmortalidad a través de la gracia divina y la contemplación de la belleza. En el Paraíso, Dante describe cómo la contemplación de esta plenitud produce una transformación radical en el alma, similar a la que experimenta Glauco al ingerir la hierba mágica (Metamorfosis. XIII 898 ss). Ambos procesos implican una elevación espiritual y una unión con una realidad superior. En el Paraíso se lee:

“Nel suo aspetto tal dentro mi fei, / qual si fé Glauco nel gustar de l’erba / che ‘l fé consorto in mar de li altri dèi. // Trasumanar significar per verba / non si poria; però l’esemplo basti / a cui esperïenza grazia serba.” (Par. I 67-72)

 

Es fascinante cómo un mito puede resonar a través de los siglos y adaptarse a diferentes contextos culturales y estéticos.  Ovidio, el refundador de los mitos, ha continuado en la literatura italiana y lo podemos encontrarlo en un contemporáneo como Italo Calvino quien lo cita en su último libro Sei proposte per l´ultimo Millenio, donde en el ensayo dedicado a la levedad retoma tópicos ovidianos como la mutabilidad de las cosas. Para Calvino esa levedad es una virtud que nos permite liberarnos del presente y del pasado y sentirnos sin limitaciones. Lo reconoce como el maestro de la misma al invitar a los lectores a profundizar la relación entre Perseo y Medusa, leyendo la Metamorfosis donde después de la feroz lucha, Perseo apoya sobre ramas y piedras la cabeza de Medusa y recurre a Ovidio (Libro IV, 740-752) para hablar sobre la necesidad de la sutileza del espíritu que debe poseer un héroe; en este caso un Perseo, vencedor de monstruos.

“Perché la ruvida sabbia non sciupi la testa anguicrinita (anguiferumque caput dura ne laedat harena), egli rende soffice il terreno con uno strato di foglie, vi stende sopra dei ramoscelli nati sott’acqua e vi depone la testa di Medusa a faccia in giù”.

 

Ambos autores ven en Perseo el arquetipo del héroe que debe enfrentar desafíos sobrehumanos para alcanzar la gloria. Sin embargo, Dante en su obra añade una dimensión psicológica al personaje de Medusa, enfatizando la importancia de la inteligencia y la virtud moral para triunfar sobre el mal porque la representación de este monstruo sugiere que en su esencia en última instancia es débil y vulnerable. La cabeza de Medusa, aunque petrificante, es también un objeto frágil que puede ser derrotado por un héroe valiente y astuto. Ovidio no solo narra historias de transformación, sino que utiliza la metamorfosis como un principio poético en sí mismo. La constante fluidez y cambio de las formas en sus relatos crea una sensación de dinamismo y vitalidad que ha cautivado a lectores a lo largo de los siglos. La idea de la metamorfosis, presente en todo el corpus ovidiano, se convirtió en un motivo central en la obra de Dante en la Divina Comedia.

(Leído en el Foro Internacional –Academia Tomitana de Rumania y Academia Universalis Poetarum.)

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