Aire del Líbano – La Voz de la Paz por el Dr. Elie Akouri – Español – Árabe Abril 2025 Archivo - Archive Ciencias y Comunicación - Science and Communication 21 de abril de 2025 PhD. Elie Akoury – Escritor, profesor universitario e investigador en matemáticas – Líbano elie.akoury81972@gmail.com ARABIC VERSION صوت السلام Sí, la paz tiene una voz más fuerte que los cañones. Sí a la paz, un eco más elocuente que el ruido de las guerras Sí, la paz tiene un título más claro que la propia blancura. ¡Sí, por la paz, los hombres son hombres en el poder del amor! ¡Sí a la paz, Papá, Papá de la paz! Papa de la Paz en el corazón de un Oriente falto de paz, un Oriente turbulento, lleno de guerras, de luchas, de matanzas, de revoluciones y de conflictos. De Roma a Ur, una letra los separa, la letra M, una letra llena de amor, humildad, perdón y perdón. Ha llegado el Papa de la Hermandad, el Papa que trasciende etnias, religiones y países. Este Papa que hizo cambios en la manera de vivir la Iglesia Por humildad, servicio y fraternidad. Un Papa como los santos desde Pedro hasta Juan Pablo II, pasando por De La Salle, Charbel, Madre Teresa y otros. Vino a decir que servir al hombre es servir a Dios. Vino a decir que la diferencia y la diversidad son motivo de cooperación en la vida. Vino a decir que todas las religiones miran al cielo y que el cielo tiene la solución, un cielo para todos, para los ricos y los pobres, para el opresor y el oprimido, para el creyente y el ateo. Vino a decir que todo ser humano tiene una esencia buena y pura, por lo que debe utilizarla al servicio de sus semejantes. Él vino a decir que todos están al servicio de todos y que vivir en hermandad es el camino de Asmaa. Vino a decir: preservad la tierra con la ayuda del cielo, con un corazón puro, ojos claros y una mente brillante. Vino a decir que traicionar la religión es traicionar el cielo. Vino a decir que las religiones celestiales tienen muchos denominadores comunes, Denominadores sagrados y que la fe en Dios es la esencia de la vida. Vino a decir que cuando miramos al cielo, nos sentimos animados a salir de nosotros mismos y mirar el cielo a través de los demás. Vino a decir que debemos permanecer uno al lado del otro sin importar cuán grandes sean los conflictos y la intensidad de las disputas y las peleas. Vino a decir que la fe en Dios es nuestra motivación, así que caminemos juntos, miremos juntos y pensemos juntos. En la tierra natal de Abraham, el padre de los profetas, el Papa de la Hermandad vino a encarnar el significado de la fraternidad en la acción y en la verdad. Vino a vivir esta hermandad con las autoridades religiosas para hacer la paz. Vino a orar con todos, por todo Oriente y también por el mundo entero. Vino a vivir en amistad con Dios y con sus hermanos en la humanidad. Vino a enfatizar que nuestro hogar es uno solo y que somos responsables de ese hogar. Él vino a darle a la vida un valor más, un valor con la tierra, con el hombre y con Dios. Vino a recordarnos que tenemos una historia común, experiencias comunes y un objetivo común: amar a Dios Todopoderoso. Vino para motivarnos a trabajar juntos por un futuro mejor para las generaciones venideras. Vino rebosante del contagio del amor, la tolerancia y el perdón. Vino con un proyecto contra el extremismo y el fanatismo. Él vino a elevar el valor del hombre a través de sus semejantes. Él vino trayendo la paz blanca para proteger a los humanos y a las piedras. Él vino a devolverle la fuerza a este país, la fuerza de la piedad y del amor, la fuerza del arraigo en la tierra. Vino a consagrar la riqueza de la diversidad, la diversidad en la unidad de Dios. Diversidad en el servicio a Dios y diversidad en la glorificación de Dios. Vino a vivir el proceso de paz sin excepción. Vino para dedicarse a construir la paz con todos y para todos. Oh gran Papa, que tienes la sonrisa, que eres cariñoso y sereno, que estás cerca de los pobres, de los tristes y de los débiles, ayúdanos a hacer de esta visita tuya una verdadera etapa en la historia de Oriente a través de la oración, de las obras del bien, de la vida recta y de las obras de misericordia. Ayúdanos a mostrar el amor escondido en nuestros corazones. Ayúdanos a enterrar el odio en nuestras mentes. Ayúdanos a hacer que otros escuchen la voz de la paz, la voz del amor y la voz de la humanidad. Ayúdanos a ser fuente de tranquilidad y paz en este Oriente. Ayúdanos a vivir la fraternidad, el servicio y la fe con los demás. Ayúdanos a hacer la paz con nuestras propias manos. El Líbano te espera