Migración, comunicación y cultura: un escenario de complejidades por Marisa Avogadro Thomé Archivo - Archive Ciencias y Comunicación - Science and Communication Número 23 - Marzo 2025 7 de marzo de 20257 de marzo de 2025 Mag. Marisa Avogadro Thomé – Escritora y periodista argentina Socia correspondiente por la Argentina en la Academia Libanesa – Brasileña de Letras, Artes y Ciencias en Rio de Janeiro, Brasil – me.avogadro@gmail.com.ar «… En las palmas de tus manos, donde se halla la fragancia de los valles, los extranjeros hallan alivio a sus anhelos…», Gibran Khalil Gibran, pág. 554 Migrar es recordar ese mar azul claro, azul oscuro, todos los azules y algunos violetas, tal vez en una tierra árida, en la que nunca se volverá a sentir el rugido de la ola que rompe en la bahía o el sabor salino en los labios de quien hunde sus pies en las arenas blancas y cálidas. Porque migrar no es sólo cambiar de casa, porque sigue la nostalgia y … En el presente trabajo se aborda la temática de la movilidad y las migraciones, desde una perspectiva de la comunicación, relacionada con el tema de los axiomas de la misma y la localidad e interculturalidad de las relaciones internacionales y la migración transnacional. Migración en la Argentina Para comenzar a tratar el tema de migración aquí propuesto, brindamos un panorama de la geografía de la República Argentina, país sobre el cual realicé el trabajo. Argentina se ubica en América del Sur, con una superficie de 3.761.274 km cuadrados y una población aproximada de 45,5 millones de habitantes al 2023 [https://data.worldbank.org/country/argentina]. Se extiende en un vasto territorio, con variedad de climas: árido, frío, templado y cálido y de flora y fauna. El país estuvo habitado por los pueblos originarios, que desarrollaron su cultura y a la llegada en el S XVI de los conquistadores españoles, fueron dando lugar a los habitantes llamados mestizos, que nacieron del encuentro de los pueblos referidos con los blancos. En el país se dio una primera corriente migratoria en masas desde 1854 a 1944, con un flujo de 10 millones de inmigrantes, que se tradujo en 1914 con un 35% de habitantes que eran extranjeros, llegados a través del Océano Atlántico. Luego se dio otro momento muy importante, entre 1920 y 1924. Después comenzó a cambiar la corriente inmigratoria, debido a que se concentra en las personas que vienen de países limítrofes. En el 2001, conforme a datos censales, la población extranjera pasa a ser un 4,1% de la población total del país. Y frente al bajo crecimiento vegetativo que experimenta el país, en el 2011, se registra un aumento del 20 % de la población extranjera. La provincia de Mendoza ubicada en el Centro Oeste de la República Argentina tiene una superficie de 148.827 km2 y una población de 2.044.000 habitantes. Su población se ha conformado con el aporte de las corrientes inmigratorias desde finales del 1800 y en 1914, esta constituía el 31,8% de la población total, instalándose en Mendoza: libaneses, sirios, judíos, italianos y españoles, concentrándose cada uno de ellos en alguna zona en especial de la provincia, conforme a determinadas trabajos. También se puede referir que en el año 2001, muchas familias bolivianas emigraban a Europa, sobre todo a España y en esta corriente, el territorio argentino era el nexo para llegar a ese país y se transforman en migraciones globales. Se da la característica de que algunos de ellos se han quedado en Europa y con el paso del tiempo han conseguido la residencia del país en el que están y a veces se ha desintegrado el grupo familiar y están cada uno de sus miembros viviendo en diferentes países y muchos, han sido deportados y han vuelto y se han quedado a vivir en la Argentina. A partir de aproximadamente el año 1947, comienza en Mendoza una inmigración de países limítrofes. Migración, comunicación y localidad Como el trabajo aborda el tema de las migraciones, comenzamos definiendo qué es un migrante y para ello, partimos de la definición aportada por la Organización Internacional de las Migraciones: “A nivel internacional no hay una definición universalmente aceptada del término “migrante.” Este término abarca usualmente todos los casos en los que la decisión de migrar es tomada libremente por la persona concernida por “razones de conveniencia personal” y sin intervención de factores externos que le obliguen a ello. Así, este término se aplica a las personas y a sus familiares que van a otro país o región con miras a mejorar sus condiciones sociales y materiales y sus perspectivas y las de sus familias” (OIM, 2006: 41) Una vez definido lo que es ser migrante y dado un marco de referencia del país y de la provincia de Mendoza en particular, respecto de las características de su población, y las migraciones, relacionaremos el tema de la migración con la propuesta de la especialista Nina Glick Schiller, quien planteará el tema de la localidad, posicionada en ámbitos de poder tanto urbano como regionales, estatales y globales y de un posicionamiento relativo. Como se plantea la temática de la migración y la integración de este modo, lo relacionamos con los axiomas de la comunicación, en especial con el que se refiere a que todo comunica y que toda comunicación tiene un nivel de contenido y uno de relación. Acerca de las teorías de las relaciones internacionales, traemos a la memoria la de la Gobernanza global, a fin con el tema aquí desarrollado y en palabras de Medina Martínez: “Es una teoría que encuentra sentido en un contexto de globalización y al ser su alcance máximo global es considerada una teoría estructural. La estructura de la gobernanza global es dinámica, pues incluye las relaciones entre actores, instituciones y normas que cambian constantemente” (Medina, F. 2017: 280). Esta temática se encuentra ligada a los planteos de la transnacionalización y la localidad. Al respecto, Nina Glick Schiller expresa: “sus vidas se desarrollan dentro de ámbitos sociales –redes de redes– que les conectan a las instituciones sociales, económicas, políticas y religiosas de dos o más estados-nación. Para ello analizamos los procesos de formación del estado-nación, así como los vínculos familiares y comerciales y las organizaciones y actividades culturales y religiosas que traspasaban las fronteras nacionales” (Glick Schiller, N. 2009: 6). Sobre los axiomas de la comunicación, las investigaciones realizadas desde la teoría de la comunicación, adoptaron un enfoque sistémico, donde toda conducta era concebida de modo relacional y representaba una forma de comunicación. Paul Watzlawick, proveniente de la Escuela de Palo Alto, California, en su libro Pragmatics of Human Communication, conocido el libro en español como: Teoría de la comunicación humana, publicado con Janet Beavin Bavelas y Donald D. Jackson; establecen los cinco axiomas básicos del proceso de interacción humana. La comunicación posee algunas propiedades de naturaleza axiomática propuestas por ellos y un axioma es un enunciado básico que se establece sin necesidad de ser demostrado y es evidente. Los axiomas no son verdaderos ni falsos en sí mismos: son convenciones utilizadas como principios de derivación de los demás enunciados de una teoría. Los axiomas de la comunicación son: 1) es imposible no comunicar; 2) toda comunicación tiene un nivel de contenido y un nivel relacional: 3) la naturaleza de una relación depende de la forma de puntuar o pautar las secuencias de comunicación que cada participante establece; 4) las personas emplean tanto la comunicación digital como la analógica y 5) todos los intercambios comunicacionales son simétricos o complementarios, según se basen en la igualdad o en la diferencia Cultura, cibercultura y derechos culturales Comenzar a hablar de la palabra cultura y sus diversas definiciones, supone entrar en un arduo debate. Si bien desde la perspectiva de Arnold Toynbee la cultura es abarcativa de la civilización y la ideología, en el uso diario se la emplea como sinónimo de arte. Pero hay que mencionar que desde un punto de vista antropológico, cultura es todo lo creado por el hombre, en tanto acción mundanizante del hombre sobre el cosmos. Es una expresión integral del ser humano, que le permite sobrevivir, reproducir el cuerpo social y mantenerlo unido. Por lo tanto, como información que es y debe ser trasmitida, nos ocuparemos de ella desde la perspectiva de los medios de comunicación. La UNESCO define a la cultura como: “…la cultura puede considerarse actualmente como el conjunto de los rasgos distintivos, espirituales y materiales, intelectuales y afectivos que caracterizan a una sociedad o un grupo social. Ella engloba, además de las artes y las letras, los modos de vida, los derechos fundamentales al ser humano, los sistemas de valores, las tradiciones y las creencias y que la cultura da al hombre la capacidad de reflexionar sobre sí mismo. Es ella la que hace de nosotros seres específicamente humanos, racionales, críticos y éticamente comprometidos. A través de ella discernimos los valores y efectuamos opciones. A través de ella el hombre se expresa, toma conciencia de sí mismo, se reconoce como un proyecto inacabado, pone en cuestión sus propias realizaciones, busca incansablemente nuevas significaciones “ (UNESCO: 1982). Asimismo, cuando las culturas se ponen en contacto, generan relaciones y se pueden distinguir las siguientes formas de relación entre culturas: – Aculturación: “Incorporar a un individuo o a un grupo humano elementos culturales de otro grupo” (RAE: 2018) – Asimilación. Es la integración de un grupo cultural con otro – Autonomía cultural: es la capacidad de un pueblo de construir y vivir conforme a sus pautas de cultura, creencias, valores, construyendo su identidad y transmitiéndola. Generalmente y sobre todo, en la sociedad de las nuevas tecnologías, las culturas se relacionan e interactúan con otras. -Culturas dominantes: las que imponen sus normas, valores y creencias a las dominadas. -Deculturación: alude al proceso de pérdida de la propia cultura y a la consiguiente adaptación a otra. – Inculturación: “Proceso de integración de un individuo o grupo en la cultura y en la sociedad con las que entra en contacto” (RAE: 2018) – Transculturación: “Recepción por un pueblo o grupo social de formas de cultura procedentes de otro, que sustituyen de un modo más o menos completo a las propias” (RAE: 2018). Habiendo definido la cultura; nos referiremos al patrimonio cultural y los derechos culturales. “El patrimonio cultural de un pueblo comprende las obras de sus artistas, arquitectos, músicos, escritores, sabios, así como las creaciones anónimas, surgidas del alma popular, y el conjunto de valores que dan sentido a la vida, es decir, las otras materiales y no materiales que expresan la creatividad de ese pueblo; la lengua, los ritos, las creencias, los lugares y monumentos históricos, la literatura, las obras de arte y los archivos y bibliotecas (UNESCO Conferencia Mundial de la UNESCO sobre el Patrimonio Cultura, 1982)” (UNESCO: 2010). Asimismo, en la Declaración Universal de los Derechos Humanos de Naciones Unidas de 1948 en su artículo 27, se define a los derechos culturales como: “Toda persona tiene derecho a tomar parte libremente en la vida cultural de la comunidad, a gozar de las artes, y a participar en el progreso científico y en los beneficios que de él resulten”, y dentro del Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales de 1966 de las Naciones Unidas, en su artículo 15, especialmente en el 15.1.a:”derecho de toda persona a participar en la vida cultural” (UNESCO: 2010). Por tanto, los derechos culturales se derivan de los derechos humanos y éstos se clasifican en derechos de primera, segunda y tercera generación. Descriptas así la cultura, el patrimonio cultural y los derechos culturales, nos referiremos a la cibercultura. Vivimos en una sociedad interconectada o de la información (SI), donde las nuevas tecnologías de los medios de comunicación ofrecen variadas posibilidades de trasmisión y generación de información, traspasando barreras geográficas y culturales y recorriendo el mundo en tiempos antes impensados. Esto trae aparejado su influencia en las estructuras sociales, ocupacionales, el comportamiento económico y las actividades diarias. Existe una modificación en las formas de uso de la comunicación. Alvin Toffler afirma “estamos creando una nueva sociedad. No una sociedad cambiada” y seguramente allí radica la diferencia. Nuevas formas de conducta, nuevos modelos, nuevas necesidades. Las nuevas tecnologías sustituyen a otras formas de intercambio tecnológico y a otras maneras de relación social. En este entramado de relaciones, la población mundial al 2023 eran 8020 millones de habitantes; en el mundo hay 5500 millones de cibernautas al 2024, conformando el 68,6 % de la población, unos 5000 millones de usuarios mundiales de redes sociales y 4240 millones de usuarios de Internet móvil. En este escenario, la Argentina tiene una población de 46, 7 millones a 2024; unos 41,2 millones de cibernautas, con un porcentaje de penetración del 90% (www.statics.com) En este entorno es donde se desarrolla Internet y decimos que esta herramienta tecnológica y medio de comunicación, a mi entender, se mueve por pares de opuestos, generando por así decirlo, una cultura de polaridades. Por ejemplo una característica de Internet es su libertad, ya que todos los que lo desean publican; pero al mismo tiempo se diseminan virus informáticos; noticias falsas, se generan ciberdelitos y una larga lista. Otra característica que se da juntamente con la libertad es el anonimato, porque no hace falta que las personas firmen lo que escriben o bien pueden hacerlo con datos falsos. Este anonimato a su vez va en detrimento de la credibilidad, la confiabilidad de las fuentes y la producción de delitos. Así los elementos que caracterizan y son ventajas por una parte de la cibercultura, se transforman también en desventajas. Internet está conformada por grupos que cambian constantemente, se agregan personas, salen otras, se arman y desarman comunidades, páginas, asociaciones. Se constituye un verdadero universo multicultural, sin fronteras de tiempo y espacio. Con diferentes manifestaciones de interactividad y con un sentido de ubicuidad, esa presencia a un mismo tiempo en diferentes partes. La web de las oportunidades y las inequidades al mismo tiempo, la web de las polaridades, es la que se sigue moviendo por pares de opuestos. Cultura, entendida desde el punto de vista antropológico, como toda acción del hombre sobre el mundo, se está perfilando con una nueva imagen en el ámbito de la cibercultura. Internet, un medio de comunicación, que nos vincula con diferentes países, distintas personas, y una cibercultura que hoy pone en contacto a aquellos que han emigrado de sus tierras natales y encuentran en los periódicos de sus países publicados en la web, la cercanía que necesitan, que los enlaza más allá del espacio y el tiempo, con letras, imágenes y modos de vida. En las comunicaciones a través de mensajes de whatsapp, tanto de mensajes como video llamadas, la cercanía afectiva con sus familiares; en las redes sociales, sobre todo mediante Facebook, entre otros. Migración, movilidad y cultura Para tener un panorama general de la situación de la migración, y conforme a los datos aportados por el Portal de Datos Mundiales de la migración: “A nivel global un estimado de 304 millones de personas eran migrantes internacionales a mediados de 2024, es decir, personas nacidas en otro país o con nacionalidad extranjera. Se calcula que el 48% del total de migrantes internacionales a mediados de 2024 eran niñas y mujeres. Se estima que en 2023 habrá 46,9 millones de desplazamientos internos nuevos: 26,4 millones debidos a catástrofes, y 20,5 millones por conflictos y violencia. Los nuevos desplazamientos internos debidos a conflictos y violencia en 2023 fueron un 28 por ciento inferiores a los de 2022. Sin embargo, la cifra global en 2023 fue un 70 por ciento superior a la media anual de la última década” (https://migrationdataportal.org/es). “En 2019 el número de migrantes internacionales (personas que residen en un país distinto al de nacimiento) alcanzó los 272 millones en todo el mundo – 48% de mujeres – frente a los 258 millones de 2017. De estos, 164 millones son trabajadores migrantes. Asimismo, se estima que hay 38 millones de niños migrantes y tres de cada cuatro está en edad (20 y 64 años) de trabajar. Asia acoge alrededor de 31% de la población migrante internacional, mientras que el dato para el resto de los continentes se reparte así: Europa 30%; las Américas 26%; África 10%; y Oceanía, 3% (https://migrationdataportal.org/es). la complejidad cada vez mayor de los flujos migratorios, con personas moviéndose a altas velocidades dentro de las fronteras nacionales y cada vez con “más países sirviendo simultáneamente como lugares de origen, tránsito y destino” (UNICEF: 2018). Por su parte, “la vicesecretaria general de la ONU, Amina Mohammed, subrayó la complejidad cada vez mayor de los flujos migratorios, con personas moviéndose a altas velocidades dentro de las fronteras nacionales y cada vez con “más países sirviendo simultáneamente como lugares de origen, tránsito y destino” (UNICEF: 2018). Sobre esta base, si la comunicación extiende puentes de unión, en este caso, entre migrantes de una comunidad y siguiendo los planteos de Edgar Morin, deberá verse la información conforme al contexto, lo global, lo multidimensional y lo complejo. Y que la información, sumada a la tecnología, se constituye en un elemento de poder, que influirá también en el tema de las migraciones y la movilidad, toda vez que el mundo asiste a un nuevo escenario social con la implementación de nuevas tecnologías, entre ellas Internet y que se plantean nuevos modos de relación también. Contribuyendo las nuevas tecnologías a generar canales propios de expresión de la multiculturalidad y al mismo tiempo, y en relación a su característica de promover situaciones de polaridad, de acentuar la brecha existente entre los que tienen y los que no tienen acceso a las conexiones de Internet. Una sociedad que plantea nuevos modos de relación, nuevas maneras de movilidad, tanto real como virtual, y que pone de manifiesto nuevos escenarios sociales, donde ya la captación de la realidad no es igual, toda vez que nos situamos frente a una realidad que se puede aprehender desde diversas ópticas y narrativas, y que deja la linealidad del relato para expresarse desde la multidireccionalidad, y plantear los planos del conocimiento como explícito y tácito. Un conocimiento complejo que demanda de los actores un conocimiento de la complejidad y que ante la falta de este sustento, genera nuevamente una distancia, entre las posibilidades reales o no, de comprender desde los hechos de la vida diaria. De esta manera y a través de los materiales detallados, concluimos que los axiomas de la comunicación, sobre todo que es imposible no comunicar y que toda comunicación tiene un nivel de contenido y uno de relación, están directamente vinculados con la propuesta de la autora Nina Glick Schiller sobre los conceptos de localidad y transnacionalidad, toda vez que ha quedado expuesto que en tanto migrantes, la comunidad establecidas en determinadas localidades y conforme dichas localidades a las actividades que desempeñan, han desarrollado y trasmitido su bagaje cultural propio a sus pares, con quienes conviven, para continuar con su historia, sus raíces y asimismo, trasmitir a la cultura que los acoge, sus expresiones y amalgamarse, mostrando su quehacer por ejemplo en las fiestas propias de una localidad. Por lo que queda expreso que siempre se comunica, aún hasta con el silencio o el no tener una “voz” que encuentre un espacio social y que toda comunicación al tener un nivel de relación y contenido, se manifiesta con sus expresiones culturales y la amalgama con las locales. Expresada la multiculturalidad, trascendiendo fronteras nacionales, reuniéndose en un proceso global, que incorpora asimismo el tema de lo local, y que los empresarios japoneses denominan “glocalize”; estamos en un mundo donde conviven: certezas e incertidumbres, avances tecnológicos, nuevas tecnologías y profundas inequidades tanto de participación, como de posibilidad laborales, económicas, educativas, de acceso a Internet y se perfila una nueva visión y allí es innegable la función de la comunicación como mediadora de relaciones internacionales transnacionales y culturales en los procesos de migración y movilidad. Finalmente, nos movemos en un nuevo escenario, el de la sociedad de las nuevas tecnologías y en un panorama internacional complejo, con nuevos paradigmas, nuevas lecturas y significados. Bibliografía Avogadro Thomé, Marisa. (2018). Las voces múltiples del periodismo digital. Narrativas, lectores y tecnologías. En: Comunicación periodística ante los nuevos retos. Biblioteca de educación. Herramientas universitarias. España: Gedisa Editorial. ____________________ (2018). Industrias culturales y creativas: Internet, lecturas, derechos. Colección Comunicando. Argentina: Mar y Arte Ediciones, e-book [PDF]. ______________________ (2005). Internet: el medio de comunicación. En Internet y la sociedad de la Información. Tomo 2, pág. 23 a 47. Ecuador: CIESPAL De Fleur, ML y Ball-Rockeach, S (1993). Teorías de la comunicación de masas. España: Editorial Paidós. Diccionario de la Real Academia Española (2018). Derechos fundamentales. Derechos humanos. Recuperado en 15 de mayo de 2018. 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