Dresde (Alemania), 13 ago (dpa) – Las joyas robadas hace cinco años de la histórica Bóveda Verde de la ciudad alemana de Dresde y luego recuperadas vuelven a estar en su lugar original, en el Museo del Tesoro de Sajonia.

Las Colecciones Estatales de Arte de Dresde (SKD) las exhiben sin restaurar, en el estado en el que los ladrones las devolvieron en diciembre de 2022.

«Estamos entusiasmados y muy agradecidos. Hoy es un buen día para nosotros», dijo el primer ministro de Sajonia, Michael Kretschmer, también en nombre de la ministra de Cultura de la región, Barbara Klepsch, durante la presentación.

La directora general de las SKD, Marion Ackermann, habló de «un momento especialmente hermoso», el de darle al público «la posibilidad de verlas de cerca».

Las joyas brillan en una luz especial en su vitrina como las otras que no cayeron en manos de ladrones. Solo al mirarlas detenidamente se advierten los daños.

«Por el momento partimos de la base de que todas las piezas son restaurables», dijo Ackermann.

El concepto para ello está siendo elaborado con expertos internacionales. De todas maneras, por ahora, las piezas aún son material de prueba en el proceso penal sobre el robo que aún se está desarrollando y que fue noticia en todo el mundo.

A partir de mañana, los visitantes podrán verlas y a partir del jueves el horario de visita se extiende hasta las 20:00 locales (1800 GMT). El acceso a los espacios reconstruidos en la bóveda del Palacio de Dresde solo es posible con entradas con horario. Las SKD sortearon además 1.000 entradas gratuitas en Internet.

El robo de las joyas ocurrido el 25 de noviembre de 2019 es considerado uno de los más espectaculares de Alemania. Los ladrones se llevaron 21 joyas históricas únicas hechas con diamantes y brillantes y causaron daños por más de un millón de euros (1,09 millones de dólares).

Cinco hombres jóvenes del clan Remmo de Berlín fueron condenados a penas de prisión por el Tribunal de Distrito de Dresde en mayo de 2023, tanto por el robo como por el incendio provocado en uno de los coches que usaron para la huída en el aparcamiento subterráneo de un edificio de viviendas y un distribuidor de corriente.

Al finalizar la obtención de pruebas, se llegó a un acuerdo y los delincuentes devolvieron gran parte del botín a través de sus defensores. Pero aún no hay rastro de tres de las piezas. Kretschmer y Ackermann esperan que también ellas regresen en algún momento y puedan ser exhibidas en su lugar original.