You are here
Home > Abril 2024 > Día del Idioma Español por Gerardo Molina

Día del Idioma Español por Gerardo Molina

Fotografìa gentileza del autor del artículo:  página 72 del códice de las Glosas Emilianenses. Las anotaciones al margen son las primeras palabras escritas en lengua romance, debidas a la pluma de un monje anónimo.

 

Prof. Gerardo Molina – Poeta y Escritor – Uruguay

gerardomolinacastrillo@gmail.com 

El 23 de abril, celebramos el Día del Idioma, establecido en honor de Miguel de Cervantes, el 13 de octubre de 1946. El escritor murió el 22 de abril de 1616, en Madrid. Sin embargo, según costumbres de la época, se decretó el 23, día de su entierro. En esta misma fecha murió William Shakespeare. También es el Día Universal del Libro. Compartimos, recuerdos de nuestro viaje a la Cuna de la Lengua Castellana.

 

San Millán de la Cogolla, Cuna de la Lengua Castellana

En pleno valle de San Millán de la Cogolla, ascendimos primero al Monasterio de Suso, a unos 500 mts., por una carretera estrecha, entre parajes boscosos de una sugerente belleza ya en los últimos días del otoño. Cerrado por la realización de una obra de emergencia para combatir el “mal de la piedra”, sólo nos queda atisbar por las hendijas de la vieja puerta el interior que alberga el cenotafio de San Millán y las tumbas de los Siete Infantes de Lara y su ayo Nuño Salido. Leemos la inscripción de la placa a su frente: “MONASTERIO DE SUSO. Monasterios de San Millán de Suso y Yuso. Patrimonio Cultural de la Humanidad. Unesco, Nápoles, 4 de diciembre de 1997”. Recorremos el bosque cercano entre la nieve y luego descendemos al pueblo donde se encuentra el conjunto Histórico – Arquitectónico y Monasterio de Yuso, conocido como El Escorial de La Rioja, cuna de la lengua castellana. Según la tradición, este Monasterio fue mandado construir por el Rey D. García en el sitio donde el carro tirado por bueyes quedó inexplicablemente atascado, ya en el valle, cuando se intentaba trasladar las reliquias de San Millán de Suso a Nájera, interpretándose como la voluntad del Santo de quedarse en ese lugar. Aquí se encontraron las primeras palabras escritas en lengua romance, al margen de los textos en latín, el códice de las “Glosas Emilianenses”, debidas a la pluma de un monje anónimo. Las anotaciones, poco más de novecientas, a veces son puramente gramaticales, otras traducciones a un latín más simple y a la lengua romance e incluso al vascuence. Recorremos restos de la muralla, bajamos al patio interior, en una de cuyas paredes se lee: “Aula de la Lengua. El 27 de diciembre de 1992 (por singular coincidencia exactamente seis años atrás), los Reyes inauguran esta Aula permanente dedicada a la investigación filológica y a los estudios de la Lengua Española. Aula Permanente de la Lengua Española. Iglesia de San Millán 1642. S. XVI-XVIII. Monasterio de Yuso”. Ingresamos al Monasterio, a tiempo para integrarnos a un pequeño grupo con guía y así admirar sus salas interiores con las pinturas de Fray Juan Ricci; cuadros flamencos sobre cobre y un óleo de efectos y escenas cambiantes según varía la posición desde donde se le mira; enormes facsistoles para los libros; la sacristía; el Coro; el Claustro de lo alto; la arqueta de marfil con los restos de San Millán; la reproducción facsimilar del códice de las “Glosas Emilianenses” (el original fue llevado a la Real Academia de la Historia de Madrid). En una sala especial donde se guardan apreciamos gigantescos Cantorales de 50, 70 e incluso algunos que superan los 100 kilos, todos con piedras calizas que ayudan a su conservación. Citamos, a modo de ejemplo, las dimensiones de uno de estos libros 90-80 por 50-60 de 120 kilos.

 

 

“Donde el Rey…”

Descendemos por la Escalera Real, previo a nuestra visita al Aula de la Lengua, por gentileza del padre Alfonso, de los Agustinos Recoletos, a cuyo cargo está el Monasterio. La Sala, originalmente el De Profundis, muy sobria, con asientos y estrado de otra época está ornada con los escudos y las banderas de los países hispanohablantes. El padre nos invita a sentarnos “donde el Rey” (el Aula fue inaugurada por el Rey Juan Carlos y la Reina Sofía) para tomarnos unas fotos. Asimismo, nos cuenta de una vez que se realizó un Seminario y, entre otros docentes, llegaron cinco profesoras argentinas, muy jóvenes y estilizadas, de minifaldas y largas medias. Hacía un frío de los mil demonios. Al otro día, había sólo cuatro. El padre inquiere el porqué de la ausencia. Y una de ellas, le responde, entre preocupada y risueña: “Todavía vive…”

Demás está decir la profunda significación que revistió para un poeta y profesor de Lengua este viaje a las tierras del Cid (bajar al Arlanzón, reverenciar a Rodrigo y a Jimena en el lugar de su descanso definitivo, la Catedral de Burgos) y a San Millán de la Cogolla, donde nació nuestro idioma, una lengua “como para hablar con Dios”, según la célebre frase de Carlos V, destinada, a través de los tiempos, merced a la perfección de sus recursos expresivos, a su riqueza lexicográfica y a la progresiva limpidez de su eufonía, a provocar la admiración de las demás comunidades lingüísticas del orbe, rendidas, finalmente, ante el esplendor de su grandeza y la irradiación incontenible de su gloria. Y al alejarnos, no pudimos menos de traer a nuestra memoria aquellos versos, de extrema delicadeza y galanura, cuya gracia y ritmo incontaminado atraviesa los tiempos, el célebre madrigal, escrito en pleno Siglo de Oro:

 

A unos ojos

 

Ojos claros, serenos,

si de un dulce mirar sois alabados,

¿Por qué, si me miráis, miráis airados?

Si cuando más piadosos,

más bellos parecéis a aquel que os mira,

no me miréis con ira,

porque no parezcáis menos hermosos.

¡Ay tormentos rabiosos!

Ojos claros, serenos,

ya que así me miráis, miradme al menos.

 

Gutierre de Cetina

(1520-1557)

 

 Página 72 del códice de las Glosas Emilianenses. Las anotaciones al margen son las primeras palabras escritas en lengua romance, debidas a la pluma de un monje anónimo.

 

 

 

Top
Resumen de privacidad
Diafanís

Esta web utiliza cookies para que podamos ofrecerte la mejor experiencia de usuario posible. La información de las cookies se almacena en tu navegador y realiza funciones tales como reconocerte cuando vuelves a nuestra web o ayudar a nuestro equipo a comprender qué secciones de la web encuentras más interesantes y útiles.

Cookies estrictamente necesarias

Las cookies estrictamente necesarias tiene que activarse siempre para que podamos guardar tus preferencias de ajustes de cookies.