Dresde (Alemania), 17 ago (dpa) – Las obras del pintor alemán Georg Baselitz regresaron al Museo Albertinum de la ciudad germana de Dresde, ocho años después del debate sobre la Ley de Protección de Bienes Culturales, anunciaron hoy sus autoridades.

Por primera vez se volverán a presentar las obras en la sala reservada para el artista, dijo a dpa Hilke Wagner, directora de la institución.

El museo expone su colección de cuadros del artista con motivo de su 85 cumpleaños. En total se trata de siete obras «de todos los periodos creativos», detalló Wagner.

Baselitz, que nació en la región de Sajonia, cuenta desde 2010 con su propia sala en el Museo Albertinum.

Sin embargo, en 2015, en el marco del debate por la Ley de Protección de Bienes Culturales, el artista reclamó la devolución de sus obras entregadas a préstamo al museo de Dresde y las mandó a retirar. La sala fue entonces reformada.

Los cuadros retirados en aquel momento de Dresde se encuentran actualmente, según informó Baselitz, en el Museo Metropolitano de Nueva York.

«Allí estaban muy contentos con esta donación, que probablemente nunca se habría producido sin la restricción a la exportación de arte que esperaba la señora Grütters», declaró, en alusión a la entonces ministra de Estado de Cultura de Alemania, Monika Grütters.

El pintor señaló que «esta ley tuvo los peores efectos en los museos alemanes, que aún se dejan sentir hoy en día».

En tanto, el pintor, escultor y artista gráfico celebró la nueva exhibición en el Museo Albertinum.

«Estoy muy contento de que mis cuadros, tan importantes para mí, puedan verse de nuevo en el Albertinum después de tanto tiempo. Afortunadamente, no he tenido que cumplir 90 años para vivir esta experiencia», dijo.

La directora del museo destacó que las obras que atestiguan la especial vinculación del pintor con Dresde se exhibirán en la Sala Baselitz hasta principios de enero.

«Siempre recalcó lo importantes que eran para él las visitas que hizo de joven a las colecciones de arte», declaró.

Wagner detalló que Baselitz estuvo allí en 1956 por primera vez y vio las obras de los maestros antiguos que acababan de ser devueltas, tras haber sido llevadas en 1945 a la entonces Unión Soviética, tras el final de la Segunda Guerra Mundial.