Mag. Fernando Márquez: un mendocino graduado en Harvard con proyección internacional Archivo - Archive Diciembre 2022 Entrevistas - Interviews 28 de diciembre de 2022 Mag. Fernando Márquez Casi escuchando el rumor del agua clara en una típica acequia mendocina, a miles de kilómetros de distancia, a través de las nuevas tecnologías, nos reunimos con el Mag. Fernando Márquez y mantuvimos una amable conversación. Entre recuerdos de su tierra natal, la de las vides y los racimos de uvas maduras; el entrevistado nos fue relatando sus experiencias como profesional, desde su Mendoza, hasta su proyección internacional en su quehacer de economía. Dejando entrever que además de ser un reconocido profesional con vasta experiencia en su campo del conocimiento, es también una persona que se ha mantenido por el camino de la simpleza y la solidaridad para actuar y vivir. Márquez ha viajado por diversas geografías junto a su familia: África, Europa, Estados Unidos, América Central. Es egresado de economía de la Universidad Nacional de Cuyo; trabajó en el equipo de asesores del Ex-Primer Ministro Tony Blair en Inglaterra, en el Banco Interamericano de Desarrollo, entre otros y en el 2019 ingresó en la Escuela de Gobierno de Harvard (Harvard Kennedy School) donde se graduó de magister. E imaginando esta charla de tarde, en un patio fresco bajo la sombra de una parra, nuestra charla con Fernando Márquez siguió de la siguiente manera: ¿Cuándo comenzó a interesarse en la economía y supo que sería su carrera universitaria? Tuve varias etapas en la infancia y adolescencia que me acercaron a lo que seria mi profesión: Mi primer curiosidad con la economía y política fue el cambio de moneda, ¨el plan austral¨, quería saber por qué teníamos que usar unos billetes diferentes y por qué no usábamos dólares directamente en lugar de guardarlos (7-8 años) como se hacia también en ese entonces. Luego viví la hiper donde, además de observar lo que pasaba cada vez que iba al supermercado con mis padres, me tocó sufrir el impacto directamente ya que habíamos ahorrado con mi curso para el viaje de egresados a Carlos Paz, y al final del año (1989) nos tuvimos que ir en carpa. Quería entender mejor que había pasado con nuestros ahorros, que pasaba en el país y si pasaba eso en otros lugares (12 años). Y luego al ingresar al Colegio Martin Zapata, y el contexto del país con la llegada del plan de convertibilidad seguía todo el tiempo lo que pasaba, veía programas como el de Neustand y Grondona, siempre la política y la economía me interesaba (no había Internet en esos tiempos, entonces diario y tv eran las fuentes de información) y más avanzado en la secundaria participe de foros y charlas. Cuando tuve la materia economía, descubrí que mi pasión estaba ahí. Mis padres fueron importantes también en esa elección, ya que por aquel tiempo lo típico era elegir ser contador público, por mayor salida laboral, pero tuve siempre la libertad y el apoyo de seguir lo que me gustaba. Luego de graduarse y trabajar en Mendoza, fue a Chile a realizar una maestría. Considera que este estudio ¿fue ampliando sus horizontes profesionales? En realidad, la maestría en Chile fue un programa que lo hice mientras trabajaba en Mendoza, durante dos años varios fines de semana. Mi experiencia en el Gobierno, en el Ministerio de Economía fue lo que abrió mi abanico de oportunidades al acceder a proyectos e iniciativas que me permitían ayudar a los empresarios, y aprender continuamente. La maestría me dio herramientas que sistematizaron y estructuraron todo aquello que había aprendido al lado del equipo de profesionales que lideraba en aquel momento un economista colega, con mucha visión y compromiso con el desarrollo, quien confió en mis capacidades e inculcó en mi, el pensar permanentemente en soluciones para la gente. Sumado a ello el trabajo con equipos multidisciplinarios e internacionales en el ministerio me dotaron de experiencias que pude capitalizar en proyectos posteriores en otros países. A posterior, ha trabajado en diferentes países y asesorado a presidentes junto al primer ministro Tony Blair. ¿Cómo fue esa experiencia para un profesional mendocino como es su caso y lo que ello ha conllevado en su ámbito profesional y personal? Este camino ha sido de mucho aprendizaje y de conectar ideas con soluciones, apalancando esas experiencias procurando adaptarlas al contexto, ahí radica el mayor desafío siempre. En cada país que he tenido la oportunidad de trabajar, fui aprendiendo a adaptarme a las diferencias culturales, por ejemplo a Ethiopia nos toco mudarnos con mi familia a seis meses de haber llegado a Washington DC, lo que fue un cambio muy radical de vida. Sin embargo, pudimos conocer el mundo de los expatriados, quienes se tornan la familia y amigos cuando uno viene de una región tan diferente. En lo profesional, trabajar con Tony Blair me enseñó entre muchas cosas a enfocarme en la gestión y en los resultados, abstraerse de lo ideológico, para lograr que se alcancen los objetivos. A priorizar y trabajar sistemáticamente sobre esas metas trazadas como gobierno. Además, a tomar en cuenta la idiosincrasia y la cultura de cada lugar, como elemento que puede influir sobre la forma en que pueden reaccionar o resistirse a los cambios los diferentes actores/miembros de cada proyecto. Partir desde el individuo con el que uno como consultor internacional actúa, entendiendo su contexto y a la persona, para luego adaptar lo más posible la metodología o instrumental de apoyo para lograr los objetivos del proyecto. Finalmente, que los desafíos en los diferentes niveles de gobierno y escala del país (sea un país grande, mediano o pequeño), están en la planificación y en la implementación. Por lo que la diferencia en los resultados depende de cuanto se asigna a cada una. Los países que logran mejores resultados, realizan una buena planificación pero dedican gran parte del tiempo en asegurarse que se implemente eficientemente. Ese aprendizaje, pude comprobar que aunque parece muy básico e intuitivo, no siempre sucede así y se gastan horas y recursos en planificar y pocos esfuerzos en asegurarse de implementar de la mejor manera. Acaba de graduarse en Harvard. ¿Este título que obtuvo comenzó a tomar forma en su pensamiento desde que se fue del país? ¿Cómo fue ese camino recorrido hasta la graduación? ¿Ser un mendocino en Harvard le aportó ventajas y desventajas? Desde que estaba en la Universidad Nacional de Cuyo, estudié a algunos profesores de Harvard y sus enfoques, y era un sueño muy lejano estudiar algo allá en esos tiempos (fines de los 90-inicios del 2000). Sin embargo, mi carrera me llevo en un momento a trabajar en Guatemala en 2011 en un programa de reducción de la pobreza con el Profesor Ricardo Hausmann, un reconocido especialista en desarrollo internacional con quien en 2015 me reencontré en Albania apoyando la oficina del Primer Ministro Edi Rama. Su consejo en como seguir desarrollando mi carrera y fortaleciendo mi perfil me incentivó a explorar con egresados y estudiantes sobre el programa en la Escuela de Gobierno de Harvard. Ese año (2015) comencé a prepararme, y cuatro años después (2019) aplique y logre la admisión. Fue un año increíble, de mucho aprendizaje en lo profesional y personal, muy enriquecedor poder compartir con colegas de diferentes lugares del mundo, con ex-ministros, ex-alcaldes y profesionales del desarrollo internacional, junto a profesores con quienes las clases se tornaban en intercambios de experiencias e ideas, enriquecidas por el vasto conocimiento de académicos de renombre con la capacidad de aterrizar conceptos complejos a niveles simples de uso práctico. Compartir en un ambiente donde se intercambia conocimiento en el día a día con estudiantes en clases en MIT u otras escuelas de Harvard como la de Negocios, Psicología, Economía o Artes, permite abrir la mirada como profesional en una experiencia muy nutritiva. Fundamentalmente desde la perspectiva humana, donde permanentemente el foco es como hacer que nuestro aprendizaje contribuya a mejorar la calidad de vida de la gente. Eso era siempre el tema recurrente, como este conocimiento que estábamos adquiriendo lo pensábamos poner al servicio de nuestros países, ciudades, equipos de trabajo. Los valores que traía de mi familia, de la formación en lo académico y en lo profesional que traía de mi Mendoza querida, estaban muy alineados a lo que pude vivir en esta experiencia en Harvard, donde existe esa misma mirada preocupada por el bienestar, la solidaridad y poner en el centro a la gente, para construir a partir de ahí. Actualmente está trabajando en el desarrollo de actividades en el marco de la economía conductual. ¿Podría explicarnos en qué consiste y cómo se aplica en los escenarios económicos actuales? ¿Para el país, este sería un modelo a seguir? Junto a un colega de Harvard, mi socio en la consultora que creamos (BDS Global Advisors)[1], durante la crisis de COVID 19, nos dimos cuenta de que muchos gobiernos a nivel federal y local en los EE. UU., el Reino Unido, Alemania y muchos otros países de Latinoamérica (incluso Argentina), durante los últimos 10 años han recurrido de manera creciente a las “políticas públicas conductuales” para impulsar la eficacia de sus programas de desarrollo, junto con resolver temas puntuales como estrategias de manejo del COVID, fomento de la vacunación, ahorro de energía, pago de impuestos, entre otros. Esta disciplina combina marcos de las ciencias económicas, psicología y sociología, para entender las razones que nos llevan a los individuos a tomar determinadas decisiones en determinadas circunstancias. «Behavioral Insights contribuye a la “arquitectura de opciones” (choice architecture) o diseño del entorno en que se produce la toma de decisiones, con el objetivo de mejorarlas y así, los resultados para el individuo tras dichos procesos. Se trata, en definitiva, de mejorar la calidad de vida de las personas y de la sociedad, diseñando soluciones alrededor de las personas, en lugar de que las personas diseñen sus pasos alrededor de las soluciones. [1] www.bdsglobaladvisors.com Mag. Marisa Avogadro Thomé. Periodista y escritora argentina ACERCA DEL MAG. FERNANDO MÁRQUEZ Fernando Márquez es un profesional oriundo de la provincia de Mendoza, egresado de la Universidad Nacional de Cuyo como economista. Trabajó en el Ministerio de Economía en Mendoza, realizó un MBA en la Universidad de Valparaíso, emigrando a Chile en el 2008. Fue contratado por una consultora internacional donde luego de dos años de trabajo en proyectos de desarrollo económico y competitividad, fue transferido a Washington DC . A poco de llegar fue asignado a trabajar apoyando al gobierno de Etiopia donde vivió 8 meses (junto a su familia) Posteriormente, se sumó al equipo del Ex-Primer Ministro Británico Tony Blair (2013) para trabajar en la implementación de estrategias y políticas de desarrollo con el Presidente Santos en Colombia, con el Primer Ministro de Mongolia y luego con el de Albania. A posterior, regresó a Washington, para unirse al BID (2016), donde trabajó apoyando al sector privado y desarrollo de cadenas de valor en agro y turismo hasta que en 2019 ingresó a la Escuela de Gobierno de Harvard (Harvard Kennedy School) donde fue el único argentino en el programa Mason de países en desarrollo. Ahí lideró el Club de Prácticas de Buen Gobierno, y participó de Estudios en Economía del Comportamiento aplicado a políticas públicas. Finalmente una vez egresado, se sumo a USAID ( Agencia de desarrollo internacional de EE.UU.) donde trabajó apoyando el programa Feed The Future en desarrollo agrícola. Y luego de la pandemia con otro socio actualmente trabajan asesorando gobiernos en la aplicación de economía del comportamiento e innovación desde Florida, USA.