Nuevo libro de Adela Álvarez Faur: «Volverán a florecer los girasoles» Archivo - Archive Noticias - News Número 15 - Julio 2022 9 de julio de 202210 de julio de 2022 «Volverán a florecer los girasoles» es un nuevo libro de Adela Álvarez Faur, escritora, poetisa y guionista de General Alvear, Mendoza, Argentina. La novela ha sido publicada por Ediciones Culturales de Mendoza, Secretaría de Cultura provincial y tiene 192 páginas. A continuación, brindamos el prólogo del libro: PRÓLOGO Volverán a florecer los girasoles es una magistral obra literaria de gran belleza descriptiva, que narra las vivencias de una familia de terratenientes de origen italiano en la Argentina de la década del ’20, donde la prosperidad económica de principios de siglo vino acompañada de una gran movilidad social con notorio ascenso de los conflictos sociales. La Primera Guerra Mundial trajo aparejada una serie de dificultades – evidentes en el primer gobierno de Yrigoyen- que terminaron desembocando en la gran crisis mundial de 1929. En ese contexto histórico se desarrolla la trama de la novela, a través de una sucesión ficticia de amores y desamores, de esperanza y angustia, de humildad y soberbia, de inocencia y maldad, donde la autora, con gran maestría, logra el equilibrio perfecto de una pluma exquisita con el conocimiento profundo de hechos acaecidos en la República Argentina. A diferencia de otras obras, que no logran conciliar el lenguaje usado por los personajes con la época en la que se desarrolla la historia, Adela logra de manera sublime la amalgama del vocabulario y las costumbres con el contexto socio-cultural imperante, mientras inunda nuestros sentidos con los colores, aromas y sonidos, y nos hace sentir que estamos allí, formando parte de la familia Federicci Romagnol, sosteniendo a Carlo, entendiendo a Fabricio, angustiándonos con Francesca y Román, encariñándonos con Cirilo, pasando con mucha versatilidad del campo a la ciudad, de Argentina a Chile, donde entre la lucha por determinados ideales, la política y la injusticia, se van tejiendo amores diversos, mientras la protagonista, Attia, sostiene el relato hasta el final de una manera extraordinaria. La escritora nos desafía de manera tácita a repensar los valores, las situaciones que se asemejan entre el hoy y el ayer, haciendo una analogía de los tiempos, dejando flotar en el aire la sensación de haber perdido la grandeza que como país pudimos tener, como replicando las palabras de Miguel De Cervantes: “La historia es émula del tiempo, depósito de las acciones, testigo de lo pasado, ejemplo y aviso de lo presente, advertencia de lo por venir.” No obstante, deja abierta la puerta a la esperanza con las últimas líneas, donde sin decirlo, nos alecciona sobre la necesidad de empezar por nosotros mismos a reconstruir aquello que consideramos perdido. Definitivamente, “Volverán a florecer los girasoles” es una de esas novelas donde voltear cada página se convierte en una necesidad apremiante, ante el deseo de saber cómo continua la trama. La política está presente, pero no es el centro del relato, sin embargo, le da fuerza hasta el final, propio de aquellos escritos inspirados en un profundo conocimiento de la historia. La excelencia literaria se evidencia en las ricas descripciones que se suceden constantemente, las cuales nos permiten escuchar el sonido provocado por el río tumultuoso; aspirar los aromas de las hierbas del campo; ver el movimiento de los trigales al son del viento. Tiene el poder de hacernos parte de las emociones de los distintos personajes, que se perciben sin mayor esfuerzo. “Fabricio salió del maizal, pero ya no podía volver a buscar su caballo, porque hacia allí se dirigían los peones. Corrió por entre los trigales. El viento despeinaba su pelo y agitaba los trigos ya maduros. Sólo oía sus pasos sobre la hojarasca y el golpeteo de su corazón. Por un momento se sintió desfallecer y pensó que podía caer, pero no se detuvo, tenía que llegar a la casa y avisar a su padre de lo que estaba pasando. De pronto, tropezó con una rama y rodó por el suelo. Su perro que lo seguía a corta distancia se acercó a él y tiró de su manga intentando ayudarlo. Fabricio se levantó y siguió corriendo. La transpiración le chorreaba por la cara. Se detuvo un momento, jadeante. Ya estaba cerca y si cortaba camino, podría llegar antes que la horda de hombres. Estaba muy asustado, jamás había visto a los obreros tan alborotados. Enardecidos habían jurado romper con el dominio de los terratenientes y se dirigían a la casa con las intenciones más negras. El alambrado de púas le cerró el paso. Trepó con desesperación hasta sentir que algo se clavaba en su pierna. Un quejido de dolor escapó de su garganta. Tironeó de su pantalón que había quedado enganchado en el alambre y saltó hacia el otro lado, mientras que un hilo de sangre resbalaba por su pierna. No le dio importancia y siguió corriendo.” Una obra en constante movimiento; una construcción de temporalidad retrospectiva; una vorágine de emociones encontradas. En conclusión, una verdadera invitación a la lectura de buen gusto con un cierre no previsible, que nos incita a suspirar de satisfacción al dar vuelta la última página. Carina Emilce Faur Licenciada en Relaciones Internacionales Contacto con la Autora: adelaalvarez.historias@yahoo.com y/o adelaalvarez30@gmail.com