Así, la poesía en la Tonada cuyana encontró en la guitarra a su inseparable compañera. Este cordófono, de origen muy antiguo, cobró importancia a partir del renacimiento; Vihuela en España y América y Laúd en el resto de Europa, con la incorporación de la sexta cuerda llegó a nuestras tierras para quedarse definitivamente poniendo a prueba la virtuosidad de miles de músicos a lo largo de bastas generaciones.

Por costumbre, más que por origen, los ritmos del folclore tradicional de cuyo se han ejecutado sin instrumentos de percusión durante décadas, lo que implicó un desafío no solo para la armonía sino también para la rítmica en manos de los guitarreros o guitarristas.

Les comparto otra de las obras ya seleccionadas para el proyecto. También cuenta con su maqueta de avance y, por supuesto, procura expresar en breves versos el mensaje que encierra.

DÉJAME INTENTAR…
(Tonada – cuyana)

Déjame intentar llegar hasta ti,
si lees en mis ojos lo que no puedo decir
es que estás tan cerca de mí,
que en tus ojos se reflejan mis sueños.

Déjame que intente tomar
el cielo con mis manos y en su azul poder grabar,
tu nombre atezado con tu piel
déjame, déjame.

Rozar tu mano con la mía
que seas la razón de mi alegría
que nazca un poema y en tu corazón
se grabe con el sol de mis caricias.

Que veas en mis ojos la luna y el sol,
y en mi boca cerrada escuches mi voz,
y sepas que aunque yo no lo quisiera
siempre te amaré…

Siempre te amaré.

Hugo Eduardo Ávila