89° Aniversario luctuoso de Gibran Khalil Gibran Abril 2020 Archivo - Archive Noticias - News 10 de abril de 2020 Archivo CAIIL Lic. Walter Muller Moujir – Rosario – Argentina c.a.i.i.l@hotmail.com.ar 89° Aniversario Luctuoso Gibrán Khalil Gibrán (6 de enero 1883 – 10 de abril de 1931) Nació el 6 de enero de 1883 en Bsharre, Líbano, y fue bautizado como Gibrán, hijo de Khalil, hijo de Gibrán. Se crió, en el seno de una familia humilde. Su padre, Khalil, trabajó como recaudador de impuestos. Su madre Kamileh Rahmeh tenía un hijo de un matrimonio anterior. Después de Gibran, nacieron: Mariana y Sultana. Los datos más acusados de su personalidad de niño fueron su tranquilidad, sensibilidad y su afición al dibujo. Viajó a los Estados Unidos, cuando tenía doce años quedándose a vivir en Boston con su madre y sus hermanos, Pedro. Estudió inglés en el barrio chino y empezó a perfeccionar su técnica de dibujo, una de sus pasiones junto a la literatura desde muy pequeño. En el año 1902 y 1903 murieron sus hermanos y su madre, dejándole una profunda tristeza que no lo abandonó nunca más y que transmitió en sus escritos. Cuando cumplió 23 años comenzó a publicar una columna en árabe con el título «Lágrima y sonrisa” en el diario Al Mohayer. (Al Mojaier) Tres años después viajo a París, para completar sus estudios de dibujo y pintura. Allí conoció al escultor Auguste Rodin, quien se transformó en su maestro y consejero. Comenzó una correspondencia rica e íntima con May Ziadeh, una intelectual libanesa residente en El Cairo. A su regreso a Estados Unidos se instaló en Nueva York, aunque cada verano viajaba a Boston buscando un refugio tranquilo donde escribir y dibujar. En 1923 Gibrán empezó una sólida amistad con Bárbara Young, quien más tarde se convirtió en su confidente. Como poeta, logró una síntesis entre la cultura árabe, que vivió durante la infancia y que heredó de sus antepasados, y su educación que recibió en occidente. El 10 de abril de 1931 Kahlil Gibran muere a los 48 años en la ciudad de Nueva York. Sus restos fueron trasladados a Líbano, donde hoy yacen en un camino muy cercano al ‘‘bosque sagrado de los cedros milenarios’’, en su ciudad natal de Bsharre, en el monasterio de Mar Sarkís (San Sergio) convertido en un museo. Gibrán murió en Nueva York el 10 de abril de 1931, a la edad de 48 años. Su cuerpo fue embalsamado y sepultado en el cementerio de Mount Benedict de Nuestra Señora de los Cedros, la primera iglesia maronita de Boston, Estados Unidos. Ahí también reposan los demás miembros de su familia. Un cortejo acompañó a Marianna Gibrán al puerto de Providence la mañana del 23 de julio de 1931 mientras el féretro hacía una nueva travesía rumbo a Líbano, su tierra natal. El 21 de agosto de aquel año era recibido por sus compatriotas en Beirut quienes lo llevarían a pie hasta el sitio elegido para su descanso final: el antiguo monasterio carmelita de Mar Sarkís en su natal Bsharre. Escribió Gibran en El Profeta, sobre la muerte: «¿Qué es el morir, sino entregarse desnudo al viento y fundirse con el sol?»… Se dice que en cierta ocasión una mujer que llevaba un niño en sus brazos le dijo “Maestro háblanos de los hijos” y él respondió: Tus hijos no son tus hijos, son hijos e hijas de los anhelos que la vida tiene de sí misma. . Vienen a través de ustedes, y aunque vivan con ustedes, no les pertenecen. Puedes darles su amor, más no tus pensamientos, pues, ellos tienen sus propios pensamientos. Puedes albergar sus cuerpos, pero no sus almas, porque sus almas moran en la casa de mañana, que ni aun en sueños les será dado visitar. Pueden esforzarse por ser como ellos, más no intenten hacerlos como ustedes, porque la vida no marcha hacia atrás, Ni se detiene en el ayer. Ustedes son el arco por medio del cual sus hijos son disparados como flechas vivas, El arquero ve el blanco sobre el camino del infinito, y la dobla con toda su fuerza a fin de que sus flechas vayan veloces y lejos. Que el hecho de estar en manos del arquero sea para su dicha, Porque así como él ama la flecha que dispara, Ama también el arco que permanece firme. “Por eso ustedes tuvieron la oportunidad de vivir su vida y la libertad de amar y hacer su vida. Dejen que sus hijos vuelen solos del nido cuando llegue la hora y no les reclamen para que vuelvan. Ellos los querrán por siempre y tendrán también su nido, del cual algún día, ellos solos quedarán, pero fue Su nido y Su vida, déjenlos libres. Ámenlos con libertad no apaguen el fuego de su hogar. Vivan y dejen vivir. Así los querrán por siempre”. Nuestro homenaje al artista, teólogo, pintor, escultor, escritor e inmigrante, qué el Líbano dio al mundo. CAIIL