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Reconocimiento al poeta tanguero José María Contursi

El viernes 16 de noviembre a las 12 hr la Legislatura de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Argentina,  colocará una placa recordatoria a José María Contursi, poeta lírico del tango, en la que fue su casa, en calle Chaco al número 20.

Por tal motivo, Revista Diafanís dialogó con la Lic. Alicia Contursi, hija del poeta, que vive en la provincia de Mendoza y a continuación compartimos sus palabras, sus vivencias y sus recuerdos:

«En esa casa de calle Chaco viví yo desde los 6 años, con mi padre José María y mi mamá, hasta que me casé.

Son muchos los recuerdos y los hechos importantes que allí sucedieron.

Esta distinción es un reconocimiento a la labor de mi padre como autor de letras de tango.

En la década del 40  él era un autor muy exitoso y se lo disputaban los músicos, para que él les pusiera versos a sus composiciones.

Era hijo de Pascual Contursi, el fundador del tango – canción , el hombre que se propuso que los tangos tuviesen letras y que convenció a Gardel para que lo cantara.

José María se aparta totalmente de la forma y del lenguaje que utilizaba su padre, por pertenecer a una época diferente y haber tenido una educación formal que su padre no tuvo.

Recordamos entre sus obras: Quiero verte una vez más con Mario Canaro; Sin lágrimas con Charlo; con Dames; Verde mar con Di Sarli; Si de mi te has olvidado con Fresedo; Como dos extraños y Vieja amiga con Laurenz; Como aquella princesa con Mora; Cada vez que me recuerdes, Cristal, En esta tarde gris, Gricel, Y tu piel de jasmín con Mariano Mores; Tabaco con Pontier; Toda mi vida, Garras y Tango triste  con Troilo; Cosas olvidadas con Rodio; Sombras nada más con Lomuto, que se popularizó como bolero, entre otras obras.

Mi padre nació en Lanús, provincia de Buenos Aires en 1911 y murió en Capilla del Monte, Córdoba, en 1972. Perteneció a la Generación Romántica del Tango de los años 40.

Tuvo una vida con muchas tribulaciones, que se traducen en su lenguaje poético. Cuando era muy pequeño sus padres se separaron en una época en la cual esto era un estigma. También tuvo el tremendo pesar de recibir a su padre de regreso de Europa, habiendo perdido la razón. El tema de la locura lo persiguió toda su vida.

Su esposa, mi madre, murió antes de cumplir los 42 años, de manera repentina. Viudo con cuatro hijos, se dedicó a nosotros.

Estaba abocado al tango y a la defensa del derecho autoral y su labor fue muy importante en la Sociedad de Autores y Compositores: SADAIC. Dos veces fue Secretario General de la misma: con presidencia de Homero Manzi y de Cátulo Castillo.

Sus amigos eran los grandes del tango: Troilo, Manzi, Cátulo Castillo, Homero Espósito. Formaba parte de ese olimpo tanguero.

No puedo dejar de mencionar la historia verídica del tango Gricel, un amor que fue «más fuerte que el olvido, el tiempo y la distancia». Mi padre conoció a una jovencita llamada Susana Gricel en 1935 cuando ella apenas tenía 15 años. Pero él estaba casado y ya había nacido mi hermana mayor: Ethel. El amor se concretó en 1940, cuando él viajó a Capilla del Monte, donde ella residía. Así lo dice el tango. Mas papá volvió con su familia a Buenos Aires y solamente quedaron unidos por los versos.

En 1960, ya muerta mi madre, Gricel reapareció para sacarlo de la depresión anímica en la que había caído. Decidieron irse a residir a Capilla del Monte, donde ella tenía a su mamá y a una hjja. Lejos de Buenos Aires, de la noche porteña, de la cual había sido Señor y, al decir de un escritor el Duque de ella, murió en sus brazos.

Alicia Contursi es licenciada en filosofía, Académica del Tango correspondiente a Mendoza, escritora y astróloga, e-mail: aliciacontursi@yahoo.com.ar 

 

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